El incremento total del desempleo ha sido de 28 millones de personas, de las que 4,2 millones perdieron su trabajo en 2012.
El Día Internacional de los Trabajadores, conmemoración por antonomasia del movimiento obrero mundial, se celebra hoy en un entorno sombrío y en medio de una persistente crisis económica que se prolonga ya por más de cinco años.
Esta jornada, que es utilizada habitualmente para formular reivindicaciones sociales y laborales, viene marcada por los más de 197 millones de desempleados que hay en todo el mundo, quienes representan el 5,9% de la fuerza laboral, según las últimas estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Desde que empezó la crisis económica, el incremento total del desempleo ha sido de 28 millones de personas, de las que 4,2 millones perdieron su trabajo en 2012.
Las tres cuartas partes del incremento mundial del desempleo se concentró el año pasado en Asia oriental (China), Asia Meridional (India) y África subsahariana.
No obstante, el epicentro de la crisis sigue estando en las economías avanzadas, donde se encuentran la mitad de las personas que se quedaron sin empleo en el último lustro.
En ese periodo, los mercados laborales se han visto afectados por el debilitamiento de la demanda, así como por los planes de austeridad fiscal aplicados en varios países europeos, lo que ha supuesto recortes de empleos y salarios.
Todo ello ha llevado a que un total de 39 millones de personas en edad y con capacidad para trabajar hayan decidido, empujados por la desesperanza, abandonar la búsqueda de una actividad remunerada.
En cuanto a los jóvenes (de hasta los 25 años), la crisis del empleo se sigue cebando con ellos y se estima que serán de nuevo este año los que sufrirán con mayor intensidad las condiciones críticas de los mercados laborales.
Actualmente, la tasa de desempleo juvenil es del 12,6 %, lo que representa 74 millones de jóvenes, aunque la OIT estima que medio millón más de jóvenes serán empujados al desempleo hasta 2014.
EFE
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