El Gobierno estadounidense consideró que las elecciones presidenciales que se celebrarán el martes en Siria son una "farsa" y advirtió que no reconocerá los resultados.
El Gobierno estadounidense consideró este lunes que las elecciones presidenciales que se celebrarán el martes en Siria son una "farsa" y advirtió que no reconocerá los resultados.
"Esta elección fluye de un legado familiar de una brutal dictadura y también está claro que no reconoceremos el resultado", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Psaki señaló que en las sociedades libres las elecciones democráticas ofrecen una oportunidad para elegir a sus líderes, pero este proceso es "inconcebible" en la Siria actual en la que el régimen de Bachar al Asad ha "machacado" a la oposición.
La portavoz recordó además los miles de desplazados que han dejado los más de tres años de guerra y la ley aprobada este año que restringe las candidaturas a aquellos que hayan vivido en Siria durante los últimos 10 años, "excluyendo a la oposición en el exilio".
Psaki coincidió además con otros grupos de la comunidad internacional que han indicado que el régimen sirio ha trazado un "plan unilateral" para celebrar unas elecciones presidenciales "ilegítimas".
Casi 16 millones de los 23,6 millones de sirios están llamados a concurrir a las urnas en los 9.601 centros de votación dispuestos por las autoridades, de los que 1.563 están en Damasco.
Las elecciones se desarrollarán únicamente en las zonas que están en poder del Gobierno en todas las provincias, menos en Al Raqa (norte), bajo control del grupo radical Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL).
Estas serán las primeras elecciones con más de un candidato que se celebran en Siria en medio siglo.
A los comicios se ha postulado el presidente actual, Bachar al Asad, en el poder desde 2000, para acceder a un tercer mandato junto con el diputado de la oposición tolerada dentro de Siria Maher Abdel Hafez Hayar y el exministro Hasan Abdalá al Nuri.
EFE
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