Senadores demócratas como republicanos están a favor del control de armas, tras el debate surgido a raíz de la masacre en una escuela primaria en Connecticut.
Estados Unidos inició hoy su tercer día de luto nacional tras una de las peores masacres en un centro educativo en su historia, en medio de un agrio debate político sobre la conveniencia de introducir medidas para restringir más el acceso y comercio de armas.
Mientras el pequeño poblado de Newtown (Connecticut) comienza hoy a enterrar a los 20 niños y seis adultos masacrados el pasado viernes en la escuela primaria Sandy Hook, la senadora demócrata Dianne Feinstein prevé presentar esta semana una iniciativa para prohibir las armas de asalto.
Consultada por Efe, su oficina no dio fecha pero explicó que la medida "prohibirá la (futura) venta, transferencia, importación y posesión" de armas de asalto, así como de grandes cargadores, tambores o cintas con más de diez balas.
Durante su acostumbrada rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reiteró hoy el compromiso del presidente Barack Obama con una solución integral al problema de las armas, pero eludió adelantar medidas concretas.
"Es un problema complejo que requerirá una solución compleja. Ninguna legislación en sí, ninguna acción por sí sola responderá plenamente al problema", observó Carney, al reconocer que los grupos pro armas plantean "obstáculos".
Para Carney, el control de las armas "es parte" de la ecuación "pero está lejos de ser el todo", y Obama apoya "medidas de sentido común" para responder al problema.
Durante una vigilia ecuménica por las víctimas, Obama dejó en claro anoche que EE.UU. no ha hecho lo suficiente para proteger a los niños, y que es hora de un cambio frente a la racha de tiroteos recientes.
"Ya no podemos tolerar esto. Estas tragedias deben cesar pero para ponerles un fin, debemos cambiar", dijo Obama, al comprometerse a propiciar un diálogo nacional en las próximas semanas con líderes políticos, policiales, educadores y del sector de salud sobre cómo frenar la violencia.
Carney no pudo precisar un cronograma sobre ese diálogo pero subrayó que el tiroteo en Newtown "claramente ha conmocionado a la nación".
Una petición a favor del control de armas, colgada en la página web de la Casa Blanca, ya lleva más de 150.000 firmas desde el viernes pasado, y se ha convertido en una de las causas más populares desde que el Ejecutivo lanzó el programa de consulta ciudadana "Somos el pueblo", en 2011.
Desde el Congreso, senadores demócratas como Feinstein y Harry Reid, y el senador republicano Orrin Hatch, así como la legisladora demócrata Carolyn McCarthy, se perfilan como actores claves del debate en la 113 sesión legislativa en enero próximo.
En un programa de MSNBC, el senador independiente por Connecticut, Joe Lieberman, reiteró hoy su idea de crear una comisión independiente sobre la violencia juvenil.
Lieberman propuso esa comisión junto con el senador republicano John McCain tras la masacre en Columbine (Colorado) en 1999, pero ésta no prosperó en el Congreso y, según dijo, aprovechando la indignación por la masacre, "es hora de regresar a ello".
"Puede ser que el propio presidente pueda designar a esa comisión, no tiene que ser del Congreso. Quizá él pueda liderar esta discusión nacional", afirmó Lieberman, quien se retirará a finales de año.
El legislador demócrata por Arizona Raúl M. Grijalva exigió hoy acciones concretas, y se lamentó: "Nos hemos convertido en una nación demasiado acostumbrada al dolor y la conmoción".
Grijalva representa a un distrito en Arizona que en enero de 2011 fue escenario de un tiroteo que dejó seis muertos y varios heridos, entre estos la entonces congresista demócrata Gabrielle Giffords.
"Nos hemos dejado intimidar por absolutistas (que defienden las armas) durante demasiado tiempo; cuando aceptamos ocho mil o nueve mil muertes por armas al año como precio de lo que algunos creen es la libertad, hemos ido demasiado lejos", afirmó.
Según la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), en 2011 -el año más reciente del que se tienen cifras- hubo 12.664 homicidios en EE.UU., de los cuales 8.583 fueron con armas de fuego.
Pero la tenencia de las armas, consagrada en la Segunda Enmienda de la Constitución, mantiene dividido a EE.UU. y el tiroteo en Sandy Hook ha enfrentado a quienes piden que se restrinja el acceso a las armas contra los que incluso piden que los maestros puedan portar armas a las escuelas.
Según una encuesta divulgada hoy por la cadena ABC y el diario The Washington Post, el 54 % de los estadounidenses respalda mayores restricciones sobre las armas, y cerca de seis de cada diez apoya prohibir los cargadores de alta capacidad.
La mayoría de los encuestados cree que el tiroteo en Connecticut es síntoma de "problemas más amplios en la sociedad estadounidense".
EFE
Comparte esta noticia