El proyecto "Ayuda para morir a enfermos terminales", fue aprobado con 41 votos a favor y 31 en contra, aunque todavía tiene que pasar por el Senado.
La Asamblea legislativa del estado de Nueva Jersey aprobó este jueves un controvertido proyecto de suicidio asistido, un primer paso para que puedan tomar esa decisión pacientes con enfermedades terminales y con una probabilidad de vida de seis meses o menos.
El proyecto "Ayuda para morir a enfermos terminales", presentado por los demócratas John Burzichelli y Tim Eustace, fue aprobado con 41 votos a favor y 31 en contra, aunque todavía tiene que pasar por el Senado.
"Las encuestas de opinión nos dicen que una abrumadora mayoría en Nueva Jersey lo apoya, un 60 %. Pero también un 60 % dice que aunque ellos no lo harían, entienden que es una decisión individual", dijo a Efe Burzichelli, poco después de finalizada la votación.
La aprobación se produjo menos de dos semanas después de la muerte de la enferma terminal Brittany Maynard, que padecía un cáncer cerebral y quien puso fin a su vida en el estado de Oregón.
"Los individuos deben tener opciones al final de sus vidas. Es un hecho que quieren ir en esa dirección. Es solo en la Asamblea, pero es un gran paso", argumentó además el legislador.
Se espera que el Senado de Nueva Jersey estudie el proyecto de ley a comienzos del año próximo.
El proyecto establece el procedimiento para que las personas mayores de edad soliciten el medicamento que tomarán para morir, que deben pedir primero verbalmente a su médico. Quince días después deberá hacer el pedido por escrito y firmado por dos testigos.
Como parte de ese proceso, el médico debe ofrecer al paciente la oportunidad de rescindir de su petición y entonces un segundo médico deberá ser llamado para certificar el diagnóstico de enfermedad terminal y que el paciente sea capaz de tomar esa decisión sin la presión de otras personas.
Para el presidente de la Asamblea, Vincent Prieto, de origen cubano, este proyecto de ley se trata de "compasión", del "derecho que tiene cada persona a tomar este tipo de decisión".
Entre el grupo de ciudadanos que esperaban la decisión de la Asamblea a la puerta de su sede estuvo Susan, de 66 años, cuyo esposo murió de cáncer de cerebro y quien aseguró que él se hubiera tomado el medicamento si hubiera sido posible.
"No tengo ninguna enfermedad pero también lo haría. No habría agonía para mí ni para mi familia", aseguró la mujer.
Este proyecto no cuenta con el aval del gobernador Chris Christie, del partido republicano, que se ha expresado en contra.
EFE
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