Este tipo de medicina apuesta por tratamientos personalizados basados en el estudio genético y otros factores.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, presentó un plan de inversión pública, valorado en 215 millones de dólares e incluido en su proyecto presupuestario para 2016, para impulsar la medicina de precisión, que apuesta por tratamientos personalizados basados en el estudio genético y otros factores.
La "promesa" de esa medicina de precisión o personalizada es "dar el tratamiento adecuado en el momento correcto", resumió Obama durante un acto en la Casa Blanca para presentar su iniciativa.
Obama añadió que los médicos "siempre han tratado de adaptar los tratamientos a los individuos de la mejor manera posible" y, a su juicio, la medicina de precisión ofrece una oportunidad única para lograr "nuevos descubrimientos".
"La iniciativa que estamos lanzando hoy sentará las bases para una nueva generación de descubrimientos que salvarán vidas", pronosticó el mandatario.
Como ejemplo de algunos de los avances que ya son una realidad gracias a la medicina de precisión, Obama citó las pruebas genéticas que se realizan a personas portadoras del VIH para "determinar a quiénes ayudará un nuevo medicamento antiviral y quiénes experimentarán efectos secundarios dañinos".
Estos avances "podrían ser solo el comienzo", anticipó Obama al pedir a hospitales, investigadores y expertos que se sumen a los esfuerzos del Gobierno federal en esta materia.
El plan de Obama, recogido en el presupuesto para el año fiscal 2016 que el presidente presentará el próximo lunes, prevé destinar 130 millones de dólares a los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) para crear un grupo de investigación genética con un millón de voluntarios.
Por su parte, el Instituto Nacional del Cáncer recibirá 70 millones para tratar de encontrar los factores genéticos que pueden llevar a desarrollar esa enfermedad, mientras que otros 10 millones serán para que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) pueda trabajar en la elaboración de pruebas genéticas de última generación.
EFE
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