Un día como hoy de 1768, nació en Lima don Francisco Antonio de Zela, el prócer cuyo grito de libertad ´CargarÂÂ adelante´ marcaría el camino de la independencia del yugo español.
Si bien Don Francisco Antonio de Zela nació en Lima, es considerado como uno de los tacneños más ilustres, porque allí pasó su juventud, formó su hogar y dio el grito de libertad que bien pudo cambiar la fecha de nuestra independencia.
Hijo de Don Alberto de Zela y Neyra, natural del Obispado de Lugo y de doña María Mercedes de Arizaga y Hurtado, Francisco Antonio de Zela, nació un 24 de julio de 1768. Muy joven se trasladó a Tacna, donde su padre debía cumplir labores de funcionario de la corona y cuyo cargo heredaría a la muerte de su progenitor.
Se casó con la mestiza tacneña María Natividad Siles y Antequera, con quien tuvo 9 hijos y la cual la respaldó en su causa emancipadora. La misma que se quedaría al frente del hogar cuando nuestro prócer fue desterrado a Panamá, y que siguió apoyando la libertad de la patria cautiva con Pallardelli.
Peruano antes que español
Criollo, como buena parte de los emancipadores, Francisco Antonio de Zela se sintió más peruano que español y concibió la idea de emancipar a su patria del yugo español y armó su ejército con campesinos, indígenas de los ayllus y vecinos de Tacna.
El 20 de junio de 1811, su grito de “Cargar…adelante”, marcaría el inicio de plasmar el derecho de los peruanos por la libertad.
La insurrección se apagó el 23 de junio, por muchos factores: La enfermedad del prócer que cayó desmayado de su caballo, la traición de infiltrados en su ejército, el incumplimiento de los patriotas comprometidos para insurreccionar otras ciudades del Sur y la derrota de Castelli en Huaqui, el mismo 20 de junio ahogaron la rebelión.
Los españoles enviaron tropas desde Arica a reponer el orden. Zela fue juzgado sumariamente en Tacna y condenado a muerte. Apelada la sentencia fue enviado a Lima donde se le condeno a destierro perpetuo y prisión en el Presidio de Chagres, donde murió en 1820.
Deuda moral con nuestro prócer
Los restos de don Francisco Antonio de Zela siguen fuera del Perú, cuando simbólicamente deberían estar en la patria que tanto amó y cuyo ideal de libertad lo hizo acabar sus días en prisión.
La conmemoración del centenario de su gesta (1911) tuvo como particular rasgo a una Tacna cautiva, pero el fervor de su recuerdo y gratitud a su lucha, lo convirtió en todo un acto cívico.
Los registros fotográficos y periodísticos de la época dan cuenta de la Comisión presidida por don Ricardo Palma y donde se ve manifestaciones multitudinarias y desfiles, Incluso ese mismo día, se inauguraron los trabajos para la construcción de la Plaza Zela, que luego fue y reinaugurada en 1924, con el nombre de Plaza San Martín.
Este 20 de junio se conmemoró el BICENTENARIO del grito de libertad que bien pudo ser el motivo perfecto para celebrar nuestro bicentenario de independencia, repatriar sus restos y erigirlo en la colectividad con la grandeza que se merece.
Hoy, 24 de julio, el Perú también DEBE recordar el nacimiento de uno de sus mejores hombres: Don Francisco Antonio de Zela. (S.N)
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