El complejo Markahuamachuco se muestra al mundo como una de las maravillas arqueológicas más importantes del país.
Los arqueólogos lo denominan el “Machu Picchu del norte”, aunque otros prefieren llamarlo “La joya de La Libertad”. Lo cierto, es que más allá de las definiciones circunstanciales, el complejo arqueológico Markahuamachuco sorprende y genera unánime admiración.
Markahuamachuco se ubica a 3 700 metros sobre el nivel del mar, en una planicie situada a 9 kilómetros al noreste de la ciudad de Huamachuco, capital de la provincia andina Sánchez Carrión.
Según los historiadores, el origen pre inca del complejo se remonta a la llamada fase tardía del intermedio temprano, entre los años 500 a 700 antes de Cristo.
Estudios arqueológicos aseveran que la sede de los wamachukos fue-alguna vez-el más importante centro político, económico y militar en el norte del Perú.
Luego de la expansión imperial incaica, Markahuamachuco se convirtió en un sitio ceremonial con funciones de oráculo religioso e incluso lugar de enterramiento. La influencia del misterioso complejo de piedra fue tal que, dicen, llegó hasta el sur del Ecuador contemporáneo.
En la actualidad, y para facilitar el recorrido, el sitio se divide en cuatro conjuntos de edificaciones. Estos reciben los nombres de El Castillo, Las Monjas, Los Corrales y Cerro Viejo.
Investigaciones recientes mostraron que el complejo guardó-durante muchos años-el secreto de importantes edificaciones, galerías y hasta una plaza rectangular en forma de santuario que yacían impertérritas debajo de un gruesa capa de maleza.
El hallazgo puso al descubierto una pared que llamó la atención de los especialistas. Se trata de un muro de 50 centímetros de ancho- en la zona denominada El Castillo-, donde se descubrieron entierros, posiblemente de sacerdotes o nobles, como muestra del tesoro todavía recóndito que guarda el sitio.
Sus casi 1 600 años de historia dispersas en 240 hectáreas, han convertido a Markahuamachuco en un atractivo turístico de enorme potencial merecedor de mayor difusión. Quienes lo visitan, se muestran perplejos ante tamaña maravilla que es aún desconocida incluso por sus propios coterráneos.
Actualmente, la Unidad Ejecutora encargada de preservar los restos arqueológicos de la zona, trabaja para poner en valor el complejo y lograr que la Unesco declare a Markahuamachuco como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Mientras tanto, se estudian a fondo sus singulares características que corren serio riesgo por la incesante actividad de la minería informal.
Por: Jorge Rodríguez/Julia Góngora
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