"El Pez en la Luna" es un equipo de artistas, Psicólogos, Educadores y Terapeutas de Artes Expresivas que abrimos nuestras puertas en el 2009 con la finalidad de llevar las cualidades de las artes expresivas, el juego y la imaginación a personas, organizaciones y comunidades.
Contar cuentos con objetos es algo que sucede con naturalidad en el hogar. Los cuentos espontáneos son audaces improvisaciones de los padres en su afán por educar a sus hijos en labores habituales, como comer, bañarse o amarrarse los zapatos.
El narrador de cuentos Enrique Sierra, co fundador de la asociación civil “El Pez en la Luna”, señaló que el relato de cuentos por parte de los padres empieza desde la gestación del bebé.
“Desde el momento de la gestación, los padres en el hogar deben promover un ambiente de juego con la barriguita, con el imaginario del pequeño, así se va instalando esta atmósfera lúdica entre los papas cuando ven su ropita, ellos mismos van usando estos objetos como si fueran juguetitos y creando historias sobre esto. Estas historias las escuchan los bebes en proceso de gestación”.
A sólo meses de haber nacido un bebé, surge de manera espontánea un conocido juego de aparición y desaparición que realiza el adulto con la ayuda de una sábana o una frazadita, esta acción puede ir acompañada de un breve texto que se repite. Seguro muchos reconocemos esta escena. “…¿dónde está el bebé?... aquí está!...”.
“Aquí empieza el papa a jugar e interactuar con sus hijos y se crea un vínculo entre los dos”, mencionó Sierra.
Más adelante cuando los padres en una tierna lucha por alimentar a sus niños sucumben ante aquel otro conocido juego del avioncito o el trencito, que en realidad es una cuchara voladora con alguna papilla que el infante antes que comerla la encuentra más divertida lanzándola por todas partes o aplastándola entre sus manos.
“Los padres ingenian de manera natural estos juegos y cuentos improvisados”, finalizó el narrador.
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