La cinta llega envuelta en una polémica con el Vaticano a raíz de la denegación de permisos para rodar en el Vaticano y algunas iglesias romanas.
El equipo de rodaje tuvo que conformarse con grabar alguno exteriores en Roma y los interiores en el palacio de la Reggia de Caserta, que más tarde convirtieron, con ayuda del ordenador, en los espacios de los Palacios Vaticanos, incluida la Capilla Sixtina.
Howard ha denunciado las "presiones" que según dice, ejerció el Vaticano para dificultar el rodaje de la película, mientras que el autor, Dan Brown, ha asegurado que los cambios que se han introducido al argumento del libro (entre los cuales está el de eliminar el descubrimiento de un hijo del Papa) no se han hecho "por motivos éticos o religiosos".
Hoy desfilarán todos ellos, junto a los presidentes de Sony, Howard Stringer, y el de Sony Italia, Paulo Simoes, en uno de los estrenos más esperados de año.
Tanto, que grupos como "The Westin Excelsior" organizan ya recorridos para visitar los escenarios del libro y del film, y la organización repartirá, entre los seguidores más acérrimos de la saga que se acerquen a la alfombra roja, camisetas que darán acceso a la proyección.
Un gran espectáculo alrededor de una película que, como "El código Da Vinci" -con la que comparte protagonista pero de la que no es una secuela-, vuelve a contar con Hanks y Howard a los dos lados de la cámara y cuenta de nuevo una historia de intrigas palaciegas dentro de los muros del Vaticano.
En esta ocasión, todo comienza cuando el Papa muere y los cuatro candidatos a sucederle son asesinados por una secta llamada Illuminati, que a la vez ha robado un contenedor de antimateria del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), de Ginebra.
Efe
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