El presidente de Bolivia padece una infección que le ha impedido atender su agenda pública en los dos últimos días, informó su vicepresidente Álvaro García Linera.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, padece una infección que le ha impedido atender su agenda pública en los dos últimos días, informó hoy su vicepresidente, Álvaro García Linera.
En un acto en la región norteña de Pando, fronteriza con Brasil, Linera dijo que a Morales, de 52 años, "le ha dado una fuerte infección", aunque no especificó de qué tipo.
"Los médicos le han obligado a que se quede en La Paz. Ayer no ha viajado, hoy día tampoco ha podido viajar. Esperemos que mañana nuestro presidente pueda estar ya recuperado, no es algo grave", agregó.
En marzo pasado Morales fue internado de urgencia en una clínica privada en la ciudad central de Cochabamba y suspendió sin aviso previo su agenda, según las primeras versiones oficiales para controles médicos de rutina, aunque luego fuentes del Gobierno hablaron de "fatiga".
"Como el sol, (el mandatario) va de un lado a otro y eso el cuerpo no aguanta. Son seis años de vivir así el presidente, el mismo ritmo desde el 22 de enero de 2006 hasta ahora, y cualquier máquina tiene sus problemas", declaró entonces Linera.
Morales fue dado de alta dos días después, con la recomendación de los médicos de "cuidar su alimentación" y regularizar sus horarios de comidas, agregaron en aquella ocasión fuentes oficiales.
Conocido por dormir poco y convocar a militares o embajadores antes del amanecer, Morales recomendó en enero a sus ministros que duerman bien porque es más "importante dormir que comer", ya que "si no duerme, uno fácilmente puede volverse loco".
El presidente boliviano fue operado en noviembre de 2010 de una tendinitis en la rodilla izquierda en la misma clínica de Cochabamba en la que estuvo hospitalizado en marzo pasado.
EFE
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