No habría sido un atentado, sino la detonación accidental de los explosivos que transportaba un traficante de armas, dijo la Policía de Bengasi (Libia).
La explosión ocurrida el lunes pasado frente a un hospital de la ciudad libia de Bengasi no fue un atentado, sino la detonación accidental de los explosivos que transportaba un traficante de armas, dijo hoy a Efe el oficial de la policía de Bengasi Yuma al Mashri.
Según Al Mashri, las primeras investigaciones policiales apuntan a que el vehículo que estalló se encontraba en marcha y posiblemente se produjo un rozamiento entre los explosivos que llevaba, lo que pudo provocar una chispa que, a su vez, causara la detonación de toda la carga.
"Es posible que se dirigiera al mercado de armas para hacer llegar el cargamento a sus clientes", indicó el oficial.
Ayer, el ministro de Interior libio, Ashur Shawail, ya apuntó la posibilidad de que la explosión no hubiera sido intencionada, debido, según puntualizó, a que el coche estaba en movimiento cuando estalló.
A falta de cifras oficiales concluyentes, Ashraf al Saiti, director de los servicios médicos del hospital Al Yala, frente al que tuvo lugar la explosión, informó a Efe de que hasta el momento se han registrado tres muertos y trece heridos, seis de los cuales han sido tratados de heridas superficiales.
El pasado lunes, varias fuentes de seguridad declararon que el número de víctimas mortales se elevaba a 13 y el de heridos a 40.
La explosión se oyó en un radio de varios kilómetros y destruyó una decena de vehículos, de acuerdo con varias fuentes.
En el hospital Al Yala, Jairia Faresh contó cómo le sorprendió la explosión cuando se encontraba con su hija en su coche cerca del lugar de los hechos, en un restaurante al que habían ido a comprar unos bocadillos.
"Entre el coche que explotó y el nuestro había otro vehículo", dijo Faresh, quien explicó que su hija de 4 años, Hanin, resultó herida en una mano y en la cabeza, al saltar los cristales por los aires.
Según su madre, Hanin ya ha sido sometida a tres intervenciones quirúrgicas en la mano como consecuencia de la explosión, que Faresh sintió como si hubiera sido en su propio vehículo.
"No queremos dinero, ni petróleo, solo paz y seguridad", aseguró, antes de comentar que su marido también sufrió varios cortes en una rodilla.
Tras lo ocurrido, las autoridades de Bengasi, la principal ciudad del este de Libia, anunciaron la creación de un cuerpo de seguridad común para reforzar la protección de la localidad y sus alrededores.
Conforme a una disposición aprobada por el Congreso General (Parlamento), dicho grupo estará compuesto por oficiales del Estado Mayor del Ejército libio y del Ministerio de Interior, así como por los servicios secretos y otros cuerpos de seguridad.
Una de sus misiones será acabar con todas las milicias que no se encuentren bajo la autoridad de los ministerios de Interior o Defensa y también poner fin a la compraventa ilegal de armamento en la ciudad.
La caída del régimen de Muamar al Gadafi en 2011, como consecuencia del levantamiento popular que estalló en febrero de ese año, favoreció la proliferación incontrolada de armas, después de que las fuerzas gadafistas abandonaran los arsenales, que fueron asaltados por la población y las milicias armadas.
EFE
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