La exposición mostrará 87 piezas que evidencian que tuvo lugar un "sacrificio humano masivo" en esa ciudad, informó el director de estos yacimientos, el arqueólogo Alejandro Sarabia.
La exposición "Teotihuacán: Tres pirámides en el paisaje ritual" mostrará en esta capital 87 piezas halladas en esta zona arqueológica, que evidencian que tuvo lugar un "sacrificio humano masivo" en esa ciudad, informó el director de estos yacimientos, el arqueólogo Alejandro Sarabia.
El Museo del Templo Mayor, en esta capital, permitirá ver estos hallazgos, que han contribuido a modificar la visión sobre Teotihuacán, ya que muestran una relación de sus habitantes con otras sociedades, que los gobernantes modificaron, ampliaron o destruyeron en parte las pirámides y que hubo cientos de sacrificios humanos y animales.
También se ha encontrado un edificio debajo de la pirámide del Sol, que podría ser del siglo III o IV d.C y está siendo investigado, explicó a los periodistas Sarabia, uno de los curadores de la muestra, quien recordó que "esta exposición es una pequeña introducción a la visita de los monumentos", que es "lo más importante".
Los objetos, encontrados en excavaciones desde 1905 hasta hace un año en las pirámides del Sol, de la Luna y de la Serpiente Emplumada, muestran numerosas ofrendas como máscaras, el único objeto de madera que está trabajado, del 70 d.C., y un collar con representaciones de maxilares humanos a base de conchas.
Entre la muestra se encuentra también una figura antropomorfa, a la que los especialistas han bautizado entre sí como "Chucky", en referencia al muñeco diabólico de la película.
"Es maravilloso que tú te puedas encontrar una pieza de 1.500 años como esta", encontrada en fragmentos y restaurada posteriormente, que es "única" porque su material no se halla en Teotihuacán sino que procede del estado de Guerrero, dijo a Efe la arqueóloga Elba Estrada.
De hecho y excepto la obsidiana, los materiales con los que se formaron estas piezas son importados de Guerrero, Oaxaca (sur de México) o Guatemala, como el alabastro, ónix, andesitas grises y piedras verdes, las más preciadas de la época y equivalentes al oro actual, agregó Estrada.
Teotihuacán, a unos 50 kilómetros al nordeste de la capital mexicana, vivió su periodo próspero entre los siglos II y V d.C.. La ciudad fue encontrada en ruinas por los mexicas, quienes le dieron este nombre, que significa "Lugar de los dioses" o "Lugar donde se hacen los dioses".
Estrada, jefa de museos de esta zona arqueológica, se admiró de "la habilidad que tuvieron las personas de aquella época", que trabajaron con madera, piedra y hueso en vez de tornos, cuchillos y acero. "Yo no los llamaría artesanos, sino unos artistas", afirmó.
"Era tan importante el ofrendar esto a los dioses que tenía que ser perfecto, como perfecto era el cuerpo, como perfecta era la vida. (...) Eso es lo que a mí como arqueóloga me impresiona", comentó Estrada.
Según esta experta, se puede aprender de los teotihuacanos a "buscar el equilibrio con la naturaleza" y respetar el medio ambiente donde se vive, explotándolo para sí mismo pero siendo "responsable para poder trascender 1.500 años después".
Estas piezas, de antigüedad entre el siglo I y el V d.C y que antes se expusieron en Teotihuacán, se podrán ver desde el viernes y hasta febrero de 2014, junto a tres vídeos acerca del proceso de excavación y la opinión de investigadores, y sobre un mapa de Teotihuacán dibujado en el suelo.
EFE
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