Los exámenes científicos se han multiplicado en busca del agente infeccioso (radiación, contaminación humana, enfermedades auto-inmunes, factores medioambientales).
Los osos polares, morsas y focas de la región de Barrow, al sur del mar de Beaufort, en Alaska se han visto afectados por extraño mal que provoca la caída de su pelaje
Nueve osos de una población de treinta ejemplares monitoreados han sido observados con signos de alopecia, reporta el Centro estadounidense de Medición Geológica.
Los análisis de piel y sangre no han arrojan explicaciones a este fenómeno, señala ABC en su portal de internet.
Reportan además la aparición de focas muertas a lo largo de las costas árticas de Alaska y cerca de la costa de Rusia con idénticos síntomas. En otoño, la enfermedad se cebó con las morsas.
Los exámenes científicos se han multiplicado en busca del agente infeccioso (radiación, contaminación humana, enfermedades auto-inmunes, factores medioambientales).
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