Mientras Botticelli (1445-1510) murió solo y pobre, Lippi (1457-1504) terminó sus días en un gran momento profesional como uno de los maestros preferidos de los Médicis.
Pocos son los alumnos que consiguen superar a su maestro, pero menos aún los que, después de hacerlo, quedan relegados al olvido a lo largo de la Historia, como el italiano Filippino Lippi, que mejoró la técnica de Sandro Botticelli y, sin embargo, sigue siendo un pintor no muy conocido fuera de Florencia.
Y eso que, mientras Botticelli (1445-1510) murió solo y sumido en la pobreza, Lippi (1457-1504) terminó sus días en un gran momento profesional como uno de los maestros preferidos de los Médicis y muy cotizado en la región toscana.
Tras su muerte, no obstante, él y su obra fueron cayendo en el olvido, hasta que el comisario italiano Alessandro Cecchi decidió organizar una exposición titulada "Filippino y Botticelli en la Florencia del siglo XV", que se inaugurará mañana en la "Scuderie del Quirinal" de Roma, donde permanecerá abierta hasta el próximo 15 de enero.
"Dar a conocer a este gran artista y sacarlo de la sombra" son los dos objetivos principales de Cecchi, que con esta muestra pretende equiparar el arte de los dos pintores italianos y recorrer la trayectoria profesional de Lippi.
Para ello, la galería está dividida en seis salas distintas, que muestran la obra de Lippi desde que era un niño y pintaba junto a su padre, el también conocido Filippo Lippi, hasta que se integró en el taller de Botticelli y se convirtió en su gran rival.
"Hasta este momento no había ninguna exposición que rindiese un mérito pleno a este noble artista y que mostrase al gran público su grandeza, que no tiene ninguna discusión y que está a la altura de la de Sandro Botticelli", insistió el profesor y experto en arte F.M. Emmanuele.
La muestra recoge algunas de las obras pictóricas más importantes de los dos artistas, como "La Adoración de los Magos" de Botticelli, hasta ahora en la Galería de los Ufficci de Florencia, o "La Madonna Strozzi" restaurada de Lippi, del "The Metropolitan Museum of Art" de Nueva York.
Todas ellas han viajado desde importantes museos internacionales para no faltar a la cita con el comisario Cecchi, que por primera vez ha conseguido unir las obras de tres de los artistas florentinos más importantes de finales del siglo XIV y del siglo XV: Filippo Lippi (padre), Filippino Lippi y Sandro Botticelli.
También "La Adoración de los Magos" del propio Lippi, que ha sido traída y restaurada directamente de la "National Gallery" de Londres, "La Historia de Virginia" del Museo del Louvre (París) y "La Visión de San Bernardo" de la Abadía de Florencia están expuestas en esta muestra, que se divide en seis secciones diferentes que recorren cronológicamente la trayectoria profesional del pintor.
La "Scuderie del Quirinal" acoge también el lienzo más conocido del padre Filippo Lippi, "La Virgen con el Niño y las Historias de la vida de Santa Ana", además de otras obras de artistas de la época, como Raffaellino del Garbo y Piero di Cosimo.
Asimismo, la exposición romana exhibe bocetos y diseños de Lippi, como el "Estudio de la figura de Meleagro Morente", que volverá el próximo año al museo parisino del Louvre, además de varias esculturas y otras obras talladas en madera.
Por último, documentos privados referentes a Lippi, como una denuncia anónima que demuestra que el pintor toscano es hijo de Filippo Lippi y una monja completan la colección de obras expuestas en la capital italiana.
Allí el artista toscano realizó estudios sobre la Antigüedad y pintó los frescos de la Capilla Carafa de Santa Maria sopa Minerva, una iglesia romana que exhibe el "Cristo Redentor" de Miguel Ángel.
EFE
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