La dirección de Greenpeace India indicó además que ha decidido llevar a cabo una auditoría externa sobre la gestión de los abusos sexuales dentro de la ONG.
El director ejecutivo de Greenpeace India, Samit Aich, y el responsable de programas, Divya Raghunandan, dimitieron este jueves por la gestión de un supuesto caso de violación y otro de acoso sexual en la organización ecologista.
Aich y Raghunandan renunciaron tras una investigación interna acerca de las agresiones sexuales, informó la organización ecologista en un comunicado.
La dirección de Greenpeace India indicó además que ha decidido llevar a cabo una auditoría externa sobre la gestión de los abusos sexuales dentro de la ONG para mejorar la seguridad de las mujeres.
La organización despidió a mediados de mes a dos empleados, uno de ellos acusado de violación y el otro de acoso sexual, tras admitir fallos para evitar estos casos en el país asiático y pedir disculpas.
Los hechos se remontan a 2012, cuando un miembro de su plantilla denunció a la organización que sufría acoso pero "los procedimientos internos fallaron" y la denuncia "no fue manejada adecuadamente", por lo que el caso no fue investigado.
Otros trabajadores presentaron posteriormente dos denuncias contra la misma persona y el comité de quejas de la entidad decidió el despido del supuesto autor del acoso, de acuerdo con Greenpeace.
Una de las víctimas del presunto acosador denunció además haber sido violada por otro empleado en 2013, aunque esta exemplada no lo comunicó al grupo ecologista hasta febrero de este año ni presentó denuncia policial, por lo que la organización "fue incapaz de tomar ninguna acción más a fondo".
Las dimisiones se producen en un momento en que el Gobierno indio y el grupo ecologista mantienen un contencioso que Greenpeace atribuye a una campaña de desprestigio en respuesta a las protestas que organiza sobre el impacto ambiental de proyectos mineros y energéticos en la India.
El Ministerio del Interior indio suspendió temporalmente en abril el registro de Greenpeace como asociación y le congeló siete cuentas bancarias por entender que su financiación desde el exterior afectaba al interés público y económico del Estado indio.
A principios de este mes, el Tribunal Superior de Delhi desbloqueó dos de esas cuentas bancarias, lo que permitió a este grupo continuar sus actividades y evitar su cierre en la India.
EFE
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