Los dos principales grupos políticos de Palestina, enfrentados en una guerra de siete años, se han dado el abrazo de la hermandad y acaban de formar el ansiado gobierno de unidad nacional.
Por: Ahmed Alaba / @ahm_alaba
¿La guerra fraticida llega a su fin? Pese a que ya no se hacían mayor daño en cuestiones bélicas, Hamas y Al Fatah, los dos grupos políticos principales de Palestina, seguían enemistados hasta hoy en que una nueva era parece vislumbrarse para los intereses de millones de palestinos.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas o también conocido como Abu Mazen, tomó juramento a los ministros del nuevo Gobierno de unidad nacional del que forman parte ambos grupos enfrentados en una cruenta guerra desde el 2006 tras la victoria de Hamas en las elecciones legislativas.
Luego de que Hamas consiguiera la mayoría de escaños, Israel canceló todas las negociaciones formales con las autoridades árabes, pues no podía aceptar que un partido considerado terrorista e ilegal tuviera poder de decisión. Hamás tendría mayoría para elegir a los nuevos ministros (el nuevo Gobierno) y eso era algo que no iba a permitir Israel.
Luego de la elección del primer ministro quien pertenecía a Hamas y las demás autoridades, empezaron las desavenencias entre ambos bandos y la guerra, que los mismos palestinos llamaron Wakseh (la humillación, la ruina).
Hamás tomó el control de cuarteles generales de Al Fatah en Gaza y finalmente de toda la franja. Al Fatah atacó a líderes de Hamas en Cisjordania haciéndose del poder en esta región. Fue una guerra que causó cientos de muertos y parecía que las diferencias jamás serían arregladas.
Ha pasado el tiempo, incansables reuniones y conversaciones y finalmente Hamas y Al Fatah (al que pertenece Mahmud Abas) han llegado a un acuerdo y se han dado el abrazo fraterno tan ansiado por los palestinos, mas no -qué duda cabe- por Israel.
Le llaman el Gobierno del acuerdo nacional, con ministros de ambos grupos (17 en total), y estará encabezado por el actual primer ministro en Cisjordania, Rami Hamdallah, que asumirá también el ministerio del Interior.
"Es el fin de la escisión del pueblo palestino que ha hecho un daño catastrófico a nuestros objetivos", dijo Abu Mazen. Atrás ha quedado la “página negra”, siete años de guerra entre hermanos.
Israel por su parte ha desconocido al nuevo Ejecutivo pues no tolera la presencia de un grupo calificado como terrorista y que se manifestó abierta y militarmente contra su estado.
El gabinete de Seguridad del Gobierno israelí autorizó este lunes al primer ministro, Benjamin Netanyahu, a imponer sanciones adicionales a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Acordó, también hacer campaña en la arena internacional para impedir que "los terroristas -en alusión al movimiento islamista Hamás- participen en procesos electorales".
Estados Unidos se ha mostrado dispuesto a trabajar con el nuevo gobierno palestino aunque manteniendo cautela. "Basado en lo que hemos visto hasta hora, tenemos la intención de trabajar", "Juzgaremos a este Gobierno por sus acciones", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaky.
Podría decirse que aún no se puede cantar victoria, en el 2011 hubo un intento por la unidad entre Hamas y Al Fatah pero fracasó. En esa ocasión miles de palestinos salieron a las calles a festejar algo que finalmente no se daría.
Es complicado saber como continuarán las cosas en la siempre convulsionada Palestina, sobre todo porque los palestinos no solo dependen de ellos mismos, sino de las decisiones de Israel que mantiene bloqueada la franja de Gaza, y continúa con su política de asentamientos.
Hamas no renunciará al regreso de los refugiados, seguirá viendo a Israel como su máximo enemigo y muy en el fondo no se detendrá hasta que el último colono salga de las tierras que antes eran consideradas palestinas.
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