Príncipe Emmanuel, tercer hijo del heredero al trono de Bélgica, estudiará en un centro para niños con dificultades de aprendizaje como la dislexia.
El príncipe Emmanuel, de seis años e hijo del príncipe Felipe de Bélgica, heredero al trono, ha comenzado el curso escolar en una escuela pública especial de aprendizaje en la que tratan a niños disléxicos, según publica hoy el periódico francófono "Le Soir".
El rotativo se hace eco de que Emmanuel, el tercero de los cuatro hijos del príncipe Felipe y la princesa Matilde, ha abandonado el colegio bruselense Sint-Jan Berchmans, donde estudian sus hermanos, para empezar el nuevo curso en la escuela Eureka de la localidad de Kessel-Lo, cerca de Lovaina (oeste del país).
Fuentes de Palacio confirmaron hoy a Efe que el pequeño "ha comenzado a acudir a una escuela especializada que trata diversos problemas de aprendizaje, entre ellos la dislexia", aunque no dieron más detalles.
El centro explica en su página web que está especializado en la enseñanza para niños de entre 7 y 14 años con dificultades de aprendizaje como la dislexia (problemas de lectura), problemas a la hora de hacer cálculos o en la coordinación motriz.
"Le Soir" debate hoy con diversos expertos en si es conveniente que el Palacio Real haya decidido admitir el problema de aprendizaje que sufre el joven príncipe, y se pregunta si el anuncio ayuda a "desdramatizar" el problema o, si por el contrario, contribuye a la "estigmatización".
Según dijo a ese medio el logopeda Daniel Maes, profesor en el Instituto Libre Marie Haps, "a priori, más vale decir" el problema, ya que, en su opinión, "no sirve de nada esconderlo" y la comunicación ayuda a que tanto el niño como los padres tengan las cosas más claras.
Agregó que el hecho de que sea un príncipe quien admite sufrir el problema puede "efectivamente desdramatizar" la situación.
"La dislexia no está relacionada con el medio. Los niños vienen al mundo con esa particularidad cerebral, sea príncipe o carbonero, eso no influye", indicó, y comentó que si ya hubo un rey "tartamudo" (en referencia al rey Jorge VI de Inglaterra), "también puede haber un príncipe disléxico".
Por su parte, el profesor emérito de Sociología de la Universidad Libre de Bruselas Claude Javeau opinó que es natural que los belgas se interesen por su familia real y por la dificultad de lectura del príncipe Emmanuel.
Recordó que el príncipe asiste a una escuela especial pública y no se ha recurrido a un preceptor privado especialista en la corrección de la dislexia.
El especialista consideró que aunque para el pequeño no debe ser agradable aparecer en la prensa con la "etiqueta de disléxico", concluyó que, en cualquier caso, el asunto se habría acabado descubriendo tarde o temprano.
EFE
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