Patricia y Miriam son jóvenes que empezaron a trabajar a los 9 años y ahora están a punto de convertirse en profesionales. Conoce sus historias
Patricia empezó a trabajar a los 9 años porque su familia no tenía dinero.
Trabajó como ambulante vendiendo caramelos en el Mercado Huamantanga en Puente Piedra, y luego ayudaba a su mamá a vender ropa.
“Empecé a estudiar porque de verdad es muy importante y necesario si queremos tener un mejor futuro. El programa Jóvenes de Fundación Telefónica nos ha dado la oportunidad de poder seguir creciendo como personas y profesionalmente”, puntualizó Patricia.
Miriam, mientras cursaba la escuela, empezó a trabajar a los 10 años, por situaciones económicas familiares. Laboró en ventas en una bodega y en una frutería. Ahora solo se dedica a estudiar Contabilidad y ya va a terminar su carrera.
“Soy la hermana mayor de 5 hermanos. Tuve que empezar a trabajar porque vinimos desde Cajamarca y no teníamos nada. Me levantaba de madrugada para trabajar y también tenía que ir al colegio, era muy sacrificado”, dijo.
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