Las mujeres le pidieron al Gobierno la regulación del trabajo sexual para que se les garantice el acceso a derechos y condiciones dignas y seguras para su ejercicio.
Decenas de mujeres aglutinadas en la Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras marcharon ayer en Tegucigalpa para exigir respeto a sus derechos y justicia por el asesinato de 19 de sus compañeras entre 2013 y 2014.
"No somos putas, ni prostitutas, somos trabajadoras sexuales y exigimos justicia", coreaban las mujeres durante su recorrido hacia el Ministerio Público en Tegucigalpa.
Enfundadas en una camiseta rosada y muchas con su rostro cubierto con una máscara, las mujeres también protestaron por la discriminación y violencia de las cuales son víctimas.
"Justicia, ponte en mis tacones", "No más discriminación y estigma" y "No más tratos crueles, inhumanos o degradantes", se leía en otras pancartas que portaban las mujeres, en conmemoración del Día Internacional de la Trabajadora Sexual.
Entre las manifestantes figuraban algunas mayores de 50 y 60 años.
"Yo me dedico al trabajo desde hace 35 años, tengo cuatro hijas y perdí otros dos hijos. Mi situación es difícil, hay días que no se hace nada de dinero", indicó a Efe Teresa Cardona, de 59 años.
Agregó que no sabe leer y escribir porque no tuvo la oportunidad de recibir educación y que sus hijas "no son trabajadoras sexuales", sino que se dedican "a atender sus hogares y cuidar sus hijos".
Las mujeres le pidieron al Gobierno de Honduras la regulación del trabajo sexual para que se les garantice el acceso a derechos y condiciones dignas y seguras para su ejercicio.
La falta de una regulación "hace que con mucha frecuencia padezcamos detenciones arbitrarias, extorsiones y amenazas, siendo recurrentes los tratos crueles, degradantes e inhumanos que se traducen en violencia institucional", indicaron las mujeres en un comunicado.
También le pidieron al Gobierno cero impunidad en los casos de las 19 trabajadoras sexuales asesinadas, atención integral en los servicios de salud y garantía de sus derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales.
"De igual manera a la ciudadanía hondureña le solicitamos respetar nuestra decisión laboral de ser trabajadoras sexuales, una profesión que no debe ser discriminada ni estigmatizada", subraya la proclama de las mujeres.
Otra trabajadora sexual que se identificó como Luna, dijo A Efe que tiene 20 años de edad y que desde los 13 ejerce como trabajadora sexual "porque me falló la familia, tuve inseguridad propia y falta de respeto a mí misma".
Relató que ejerce su trabajo en la calle, pero que está "cansada de una vida desagradable de nueve de la noche hasta la madrugada".
Luna indicó que vive sola, que estudia educación comercial los sábados y domingos, que espera graduarse de contadora para retirarse del trabajo sexual y después "ir a la universidad a estudiar leyes".
"Son sueños que uno tiene, la gente no sabe que uno tiene anhelos, ganas de vivir todavía", expresó Luna, quien además confesó que está esperando un bebé de apenas semanas de gestación.
A diferencia de Luna y Teresa, que tienen que salir a la calle, Belkis Núñez, de 40 años, dijo que su modo de operar es "vía teléfono".
Añadió que ejerce como trabajadora sexual desde los 13 años de edad y que ha "sabido salir adelante con los cuatro hijos" que tiene.
Belkis, quien dijo que además es una "pequeña comerciante", indicó que aunque no sabe cuándo se retirará como trabajadora sexual, al hacerlo continuará apoyando a las que se dedican a eso para que no les violenten sus derechos.
Señaló además que las trabajadoras sexuales son víctimas de abusos por parte de policías y en los centros de salud.
La Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras es respaldada por el Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria, Naciones Unidas (FM) y la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe.
EFE
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