Vecinos exigen sanción para conductor que en aparente estado de ebriedad atropelló a dos niñas

Los vecinos de la urbanización Tahuantinsuyo, ubicado en el distrito de Independencia, se encuentran indignados por el atropello de dos niñas, quienes fueron embestidas por el conductor de una camioneta cuando participaban de una chocolatada en la avenida Huanacaure.

Según la versión de los testigos, el conductor Jaime Boñón Quispitongo, de 50 años, se encontraba a bordo de su camioneta en aparente estado de ebriedad. Familiares y vecinos de las menores exigen justicia y una sanción ejemplar para el chofer.

“Ha estado buen rato cuadrado en su auto con su celular y después el hombre ha arrancado y se ido derecho hasta el público. Empecé a gritar y buscar a mis nietos. La gente ha tenido que detener al carro porque se iba a fugar”, contó Rosa López, abuela de la menor de 11 años que fue embestida durante la chocolatada. “El hombre no reaccionaba le han tenido que echar un balde de agua para que reaccione”, agregó.

Una adolescente de 13 años también resultó herida cuando esperaba su turno para recoger su regalo junto a su hermano de tres años. El chofer por poco embiste de lleno también al pequeño. Su padre Erick Veliz contó cómo se salvaron de milagro.

“Porque no ha sido a mi hija la primera que hubiera atropellado, varios niños había. Se han percatado y han jalado a mi hijo menor de tres años. Al jalarlo mi hija ha dejado la pierna y el carro le ha embestido y junto con mi otra sobrina”, contó.

Testigos indicaron que después de embestir a los menores, el conductor se quedó dormido al volante. Le echaron agua y cuando se despertó pensó que le estaban robando. El conductor recuperó la conciencia y justificó su accionar manifestando que no había matado a nadie y pidió a los vecinos que no lo lincharan.

Jaime Boñón Quispitongo se encuentra actualmente detenido en la comisaría de Tahuantinsuyo donde es sometido a los exámenes de ley. Según indicaron los vecinos, la familia del conductor minimizó el hecho y trató de entregar dinero a los familiares de las menores afectadas.