La cumbre fue precedida por una reunión de cancilleres en la que se acordó que en la declaración final de mañana se incluirá una cláusula democrática contra intentonas golpistas en la región.
La XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno fue inaugurada hoy en Mar del Plata, ubicada a unos 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, con la presencia de representantes de una veintena de países.
El encuentro quedó inaugurado en un acto en el que hablaron, por este orden, el Secretario General Iberoamericano, Enrique Iglesias, el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, por ser del país que albergó la anterior cumbre, y la mandataria anfitriona, la argentina Cristina Fernández.
Iglesias hizo hincapié en la necesidad de aprovechar la bonanza económica de Latinoamérica para invertir en el futuro de la región a través de la educación, el tema central de la cumbre.
Tuvo también un emotivo recuerdo para el ex presidente argentino Néstor Kirchner, fallecido recientemente, y para los habitantes de países latinoamericanos que han sufrido este año catástrofes naturales, como Chile, Haití, Colombia y Venezuela, entre otros.
Asimismo expresó su apoyo a las autoridades y ciudadanos de España y Portugal, en el actual contexto de crisis económica.
"Estoy seguro que la solidez de sus economías habrá de proporcionar una salida a esta situación", indicó.
Por su parte, Cavaco Silva se refirió a la importancia de la relación entre los países de la comunidad iberoamericana.
"Los desafíos de nuestro tiempo reclaman la coordinación y la concertación de esfuerzos entre los Estados. Son por eso todavía más evidentes hoy las ventajas del proceso iberoamericano", apuntó.
Fernández se refirió a la crisis que sacude a los países desarrollados, consecuencia del fracaso de una economía, dijo, que "debe ser revisada, repensada", y apostó por un esquema de cooperación, equilibrio e igualdad.
Se mostró orgullosa del papel de quien fuera su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, cuando en 2005, en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, cuestionó ante el ex presidente de EE.UU. George W. Bush el avance del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La anfitriona de la reunión, de riguroso luto, concluyó invitando al resto de los mandatarios a dialogar "con confianza, sin temores y tabúes, sin tener miedo a las diferencias ni al debate", para avanzar en la construcción de la integración regional.
Uno de los presidentes más aplaudidos en la ceremonia fue el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que abandona el cargo el 1 de enero próximo.
La cumbre está marcada por las ausencias del jefe de gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, de Bolivia, Evo Morales, de Cuba, Raúl Castro, y de Nicaragua, Daniel Ortega.
Tampoco están el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, primer jefe de Estado de un país iberoamericano en no ser invitado a una de estas cumbres en 20 años.
En cambio, se encuentran ya en Mar del Plata el Rey Juan Carlos de España, el primer ministro portugués, José Socrates, Lula, el mexicano Felipe Calderón, el colombiano Juan Manuel Santos, el uruguayo José Mujica y el peruano Alan García,
También están el salvadoreño Mauricio Funes, el paraguayo Fernando Lugo, el dominicano Leonel Fernández, el panameño Ricardo Martinelli, el guatemalteco Álvaro Colom y la costarricense Laura Chinchilla.
El ecuatoriano Rafael Correa llegará esta noche y el chileno Sebastán Piñera el sábado temprano.
Uno de los puntos culminantes de la cita será un homenaje a Kirchner, que se celebrará el sábado por la mañana antes de la sesión plenaria del encuentro iberoamericano.
La cumbre ha estado precedida por una reunión de cancilleres en la que se ha acordado que en la declaración final de mañana se incluirá una cláusula democrática contra intentonas golpistas en la región.
EFE
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