Se trata de un novedoso sensor que se coloca dentro de la maceta y conectado a una aplicación de un teléfono inteligente avisa a los usuarios cuando necesitan ser regadas o alimentadas.
Una compañía sueca ha diseñado un sensor que se coloca en la tierra dentro de la maceta, se conecta con una aplicación de un teléfono inteligente que avisa a los usuarios cuando las plantas necesitan que las rieguen, las abonen o que reciban más sol o sombra.
Se trata del sensor wifi de plantas “Koubachi” que recoge datos como la humedad de la tierra, la intensidad de la luz y la temperatura ambiente, que son enviados a la aplicación, de un teléfono inteligente.
"Hay muy poca información cuando compras una planta. La mayoría del tiempo no hay una pequeña etiqueta que te diga la cantidad media de luz y agua que necesita cada pocos días. Es algo aproximado que no se aplica a la mayoría de las plantas", dijo Phillipp Bolliger, el inventor del sistema y consejero delegado de Koubachi AG, cuya sede está en Zurich, Suiza.
Bolliger dijo que el control de agua es especialmente importante. "El problema que tiene la gente en la mayoría de los casos es que echa mucho agua, lo que es la principal causa de muerte de las plantas", explicó en una entrevista.
Los datos son utilizados para personalizar el cuidado de las plantas, repartidos a través de la aplicación, para más de 135 especies de plantas, incluidas las orquídeas, los tomates y las magnolias. Los planes de atención fueron desarrollados de forma conjunta con psicólogos de plantas en ETH Zurich, el Instituto Suizo de Tecnología.
Bolliger dijo que se puede acceder a los planes de cuidado de las plantas a través de la aplicación sin tener que comprar un sensor, pero son más seguros cuando se combina con él. "Ejecutamos diferentes experimentos con un gran número de plantas diferentes en un invernadero", dijo Bolliger.
"Tenemos a nuestros expertos para la evaluación sobre la vitalidad de las plantas. Después verificamos nuestros modelos teniendo en cuenta el análisis de vitalidad de las plantas hecho por los expertos".
Añadió que no es necesario comprar un sensor, que cuesta unos 100 euros, para cada planta porque hay una característica multiplanta que permite al sistema conocer las particularidades de cada una en pocas semanas, dependiendo de su tamaño. Habrá suficiente información para confeccionar el plan de cuidado de la planta y el sensor podrá entonces ser utilizado en diferentes plantas.
El sensor, que ha tardado alrededor de tres años en desarrollarse, puede funcionar durante más de un año con una sola batería, según dijo Bolliger.
La aplicación, que es gratuita, está disponible en todo el mundo en App Store tanto en inglés como en alemán y también hay planes para las versiones en francés y japonés.
El sensor se vende sólo de forma online. La empresa ya planea ampliar la distribución a minoristas locales en Estados Unidos y Canadá.
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