Hermanas e hijas de los presos que no están vinculados a las facciones criminales que dominan los presidios estarían siendo obligadas a mantener relaciones sexuales con los jefes de las cuadrillas durante las vistas colectivas, según las denuncias.
El Ministerio Público (fiscalía) del estado brasileño de Maranhao investigará las denuncias sobre violencia sexual contra las mujeres de los presos de la cárcel Pedrinhas, una de las más violentas del país, informaron este miércoles fuentes oficiales.
El Ministerio Público otorgó un plazo de diez días, a partir de ayer, para que los directores de las diferentes prisiones del área metropolitana de Sao Luis donde se han producido este tipo de denuncias se pronuncien al respecto, según un comunicado del órgano.
La fiscalía también quiere apurar si las unidades cuentan con un local específico para que los presos tengan "encuentros íntimos".
La decisión del Ministerio Público, justifican sus promotores, responde a las noticias "ampliamente divulgadas" en la prensa sobre violaciones practicadas en las cárceles tras el informe realizado por el Consejo Nacional de Justicia (CNJ).
Según relató el CNJ, mujeres, "hermanas e hijas de los presos que no están vinculados a las facciones criminales que dominan los presidios estarían siendo obligadas a mantener relaciones sexuales con los jefes de las cuadrillas durante las vistas colectivas", cita el Ministerio Público.
A las supuestas violaciones, se suman varias denuncias sobre el estado de los presos en el interior de las celdas del estado, donde en 2013 murieron 62 presos, así como la difusión de un video en el que se pueden ver a varios reclusos decapitados.
La crisis carcelaria se acentuó hace varias semanas cuando la ola de violencia se extendió hasta las calles de Maranhão. Desde dentro de la prisión, los cabecillas ordenaron incendiar varios autobuses de transporte público, una acción que segó la vida de una niña de seis años.
Ante esta situación, la ONU pidió desde Ginebra una investigación "inmediata, imparcial y efectiva" sobre la violencia en los centros penitenciarios del estado de Maranhão.
EFE
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