Esta nueva tendencia de reverdecer paredes ha contribuido a que la capital mexicana tenga mayores días con buena calidad de aire.
Los altos índices de contaminación atmosférica que registraba la ciudad de México hace una década están disminuyendo gracias a programas sostenibles.
Y es que la súper poblada capital mexicana que era escenario del desplome de aves a causa de la contaminación atmosférica, está cambiando su rostro de concreto gris por uno verde con la instalación de jardines verticales en edificios de zonas populares.
Esta nueva tendencia de reverdecer las paredes y azoteas, no solo maximizan el uso del espacio y mejoran el ornato de la ciudad, sino que reducen la contaminación del aire, producto de las emisiones contaminantes en ciudades súper pobladas debido a las emisiones industriales y vehiculares.
El jardín vertical consiste en tapizar muros y tejados con plantas que crecen sin ningún tipo de suelo, como musgos, orquídeas, helechos, bromelias, entre otros, que usan de soporte a otras especies en lugar de enraizar al suelo. Para ello se emplea fibras sintéticas adheridas a la pared.
“Los pájaros morían en la calle, la visibilidad no llegaba más allá de los veinte metros, los niños enfermaban. Había que actuar”, asegura la secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, Martha Delgado, al recordar cómo era la situación hace apenas dos décadas.
Organizaciones civiles y autoridades coinciden en que se ha avanzado en los últimos 20 años y, desde el gobierno capitalino, recuerdan que mientras en 1991 solo hubo dos días con “buena calidad del aire”, en el 2011 esa cifra ascendió a 230.
Sin embargo, reconocen que aún queda mucho por hacer: “Seguimos siendo una megalópolis y aunque los datos mejoran, continúa siendo un problema de salud para la población más vulnerable”, indicó Delgado.
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