Jorge Liébana trabaja arduamente para brindar alegría y calidad de vida a los niños y adolescentes infectados con el VIH.
No hay nada más gratificante que ver la sonrisa de un niño. Esto lo sabe muy bien Jorge Liébana Rosell, un joven profesional de 33 años con licenciatura en ciencias de la comunicación, que creó la asociación “Un día de Esperanza” en el 2001 para brindar una mejor calidad de vida a los niños y adolescentes con VIH.
Su labor ha beneficiado a 150 niños aproximadamente entre 3 y 16 años, que vienen de distritos como Puente Piedra, Villa El Salvador, San Juan de Miraflores, San Juan de Lurigancho, Surco, Los Olivos, Bellavista-Callao, entre otros.
En Ica 50 niños de escasos recursos reciben ayuda de la asociación. Cada cierto tiempo Jorge en compañía de un grupo de voluntarios viajan para llevar medicina, ropa, pañales, útiles de aseo y ayuda profesional.
Gracias a su esfuerzo y empeño, Liébana logró que la Superintendencia de Bienes Nacionales del Perú done una propiedad ubicada en Bellavista-Callao, donde funciona actualmente el albergue “Un Día de Esperanza”.
Jorge recuerda que la casa estaba en deplorables condiciones, pero con dedicación y ayuda de empresas e instituciones como MPG, Morrison, Starbucks, Oracle, Club Dental, Oftálmica y el Colegio San Agustín, la convirtió en un lugar acogedor.
Como emprendedor no escatima esfuerzos para sacar adelante a los 33 chicos que cada semana llegan para jugar, divertirse, capacitarse y desarrollar sus habilidades en los talleres de manualidades, futbol, canto, baile y repostería.
El trabajo de Liébana es un ejemplo digno de imitarse, a su causa se han unido profesionales en dermatología, oftalmología, estomatología, psicología y artistas como Marita Cabanillas, Elena y Raúl Romero, Bartola, entre otros que desinteresadamente contribuyen para ayudar a la asociación.
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