Esta sea "posiblemente, la última ocasión en la que se construyan grandes decorados" para una película, señaló su director Fiodor Bondarchuk.
"Stalingrado", la primera superproducción rusa en formato IMAX, no es una película bélica o patriótica, sino un drama personal dentro de una de las batallas más sangrientas de la historia, aseguró a Efe su director, Fiódor Bondarchuk.
"Es el eterno deseo de los directores de cine, reducir la distancia entre la pantalla y las butacas. En la actualidad, si uno sabe utilizar la nuevas tecnologías, se puede crear una especie de agujero en el tiempo", afirmó Bondarchuk.
El director ruso más taquillero de la última década señala que "Stalingrado" ha dado una nueva vuelta de tuerca a las "revolucionarias innovaciones" cinematográficas introducidas en su día por "Salvar al soldado Ryan", de Steven Spielberg.
"No hay ningún director en el mundo que no apreciara los trucos visuales y de sonido que Spielberg usó durante el desembarco. Nosotros también queríamos hacer algo nuevo, visualmente hablando, sobre algo ocurrido hace 70 años. Por eso, rodamos la película estereográficamente (tres dimensiones), sin conversiones", reconoce.
Para ello, Bondarchuk, cuyo padre logró el Oscar a la mejor película extranjera por "Guerra y Paz" (1968), contó con la ayuda de los especialistas que trabajaron en dos superproducciones de Hollywood: "Hobbit" y "El hombre araña 4".
"Me criticarán y me elogiarán, pero garantizo que esto no se parece a lo que estamos acostumbrados. Espero que Stalingrado puede entenderse hasta sin sonido. Eso sería fantástico. En resumen, es una atracción para el cerebro y para el corazón", dijo.
Enamorado confeso de las nuevas tecnologías cinematográficas, Bondarchuk, que es también productor y actor, destaca también que ésta sea "posiblemente, la última ocasión en la que se construyan grandes decorados".
"Mis colegas (norte)americanos me dijeron: seguramente asistimos por última vez a un rodaje como este, ya que ahora todo se dibuja (por ordenador). El trabajo manual se acaba y también los decorados", destaca.
Los productores de la cinta, que será estrenada en octubre o noviembre de este año, reconstruyeron durante varios meses el Stalingrado de 1941 en una antigua fábrica de vodka no lejos de San Petersburgo, decorado que es ahora muy visitado por los turistas.
Bondarchuk, quien ya cosechó un gran éxito con una película sobre la invasión soviética de Afganistán, "La novena compañía" (2005), insiste en que su nuevo filme no intenta impartir una lección de historia, ni pretende juzgar moralmente a vencedores o vencidos.
"No es una historia sobre generales y ejércitos. Es más una guerra interior. Una historia sobre cinco personas que acabaron en una casa donde hay una chica que no quiere abandonar su hogar pese a la guerra", relata.
En medio de espectaculares explosiones, el protagonista de la película, Piotr Fiódorov, se enamora de la joven, Yanina Studílina, un halo de esperanza en medio del infierno de la guerra a orillas del río Volga.
El argumento bebe de los episodios y leyendas que rodean la batalla que cambió el sino de la II Guerra Mundial, como las vividas en algunas casas que se convirtieron tras el decreto "Ni un paso atrás" de Stalin en campos de batalla en los que soviéticos y alemanes peleaban salvajemente por cada palmo de terreno.
Es el caso de la Casa Pávlov, el nombre del sargento que recibió la orden de defender a toda costa un edificio de cuatro plantas estratégicamente situado en la plaza Lenin y resistió heroicamente con su batallón durante dos meses el asedio alemán.
"La casa como símbolo del terruño, la patria, religión, Dios... No creo que haya en el mundo otra batalla como Stalingrado. La media de vida de un soldado era de un día. ¿Por qué los rusos no se fueron?. ¿Por qué duró tanto?. Las respuestas no se encuentran en el ámbito de la razón o la estrategia militar", apunta.
El director cree que el hecho de que la película tenga "un 40 por ciento de diálogos en alemán con subtítulos" contribuirá a convertir "Stalingrado", cuyo presupuesto ronda los 30 millones de dólares, en una superproducción de alcance internacional.
La parte alemana está protagonizada por Tomas Kretschmann, conocido por sus papeles en "King Kong", "Búnker" o "Valkiria", y que ya actuó en la versión alemana de "Stalingrado" (1993); mientras, la banda sonora corre a cargo de Angelo Badalamenti, colaborador habitual de David Lynch.
Un espectacular tráiler ya fue mostrado por Sony Pictures en mayo en EEUU, donde el cine ruso ha logrado acceder en muy contadas ocasiones, y Bondarchuk sueña con estrenar la cinta simultáneamente en ciudades europeas como Berlín, Londres y Barcelona.
Aunque los primeros en ver la película serán los veteranos soviéticos en Volgogrado, antigua Stalingrado, donde entre junio de 1942 y febrero del 43 murieron más de dos millones de civiles y soldados de los dos bandos.
EFE
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