Un grupo de activistas protesta contra el certamen debido a la participación de dos bailarines procedentes de Israel.
Un grupo de jóvenes activistas marroquíes prepara una campaña contra el festival de "Danza del vientre" en el Mediterráneo, previsto a partir del 10 de mayo en la ciudad de Marrakech, debido a la participación de dos bailarines procedentes de Israel.
Un asociación llamada "Coalición de los Marroquíes de la Intifada de Palestina" ha anunciado a través de una página de Facebook una campaña, a partir del 21 de abril, para recorrer a pie y en bicicleta las calles de Marrakech con banderas de Palestina y panfletos que pidan el boicot del festival de danza oriental que será organizado en la ciudad roja.
Con esta iniciativa, los organizadores buscan recoger las firmas de los habitantes y movilizarlos para participar en las sentadas que se organizarán durante los cuatro días que durará el evento, que de hecho promueve la coreógrafa y bailarina israelí Simona Guzmán y cuenta con la participación del bailarín Asi Haskal, de la misma nacionalidad.
La primera edición del festival de danza del vientre "Mediterranean Delight" se celebró en Turquía en 2010, y la segunda tuvo lugar en Marrakech en 2011, y ya entonces fue criticado por varias asociaciones pro-palestinas que lo consideraron como "una normalización de relaciones diplomáticas" con Israel.
La organizadora Guzmán se sorprendió por la polémica creada y explicó a Efe que no hace distinciones entre "nacionalidad, religión o sexo" y subrayó que sólo prima "el lenguaje del arte".
Guzman manifestó que el objetivo del festival es organizarlo por diferentes países del mediterráneo, tal como indica su nombre, y añadió que la idea de que tuviera lugar en Marrakech era la de contribuir a dar "publicidad a Marruecos como país turístico" y a fomentar su economía.
Marruecos no mantiene relaciones formales con Israel desde el cierre en octubre de 2000 de las "oficinas de enlace" que ambos países tenían en las capitales respectivas, y todo contacto entre marroquíes e israelíes despierta las críticas de los grupos pro palestinos por considerarlos intentos solapados de una normalización.
EFE
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