Los movimientos estudiantiles y organizaciones sociales han logrado mejoras en materia de educación, transporte y salud.
Tras dos semanas de protestas masivas en Brasil contra la corrupción y los gastos para los grandes eventos como el Mundial de Fútbol 2014 o los Juegos Olímpicos de 2016, los movimientos estudiantiles y organizaciones sociales lograron sus primeras victorias en materia de educación, transporte y salud.
La semana pasada, las autoridades del gigante sudamericano informaron que revocaron el aumento del pasaje de transporte colectivo –de 3 reales (US$1,40) a 3,20 (US$1,50)– en Río de Janeiro, Sao Paulo y otras ciudades.
Asimismo, Renan Calheiros, titular del Senado, planteó transporte gratuito para todos los estudiantes.
Por su parte, la presidenta Dilma Rousseff convocará antes de octubre próximo un plebiscito en el que se consultará a los brasileños sobre el contenido de la reforma política que emprenderá su gobierno.
La mandataria de la primera economía de América Latina anunció también nuevas inversiones en transporte público por casi US$25,000 millones, al reunirse con gobernadores y alcaldes de las capitales estatales.
En esa misma dirección, la Cámara de Diputados aprobó el martes último que 75% de las regalías provenientes de la explotación de yacimientos petroleros recién descubiertos se destinen a la educación y que 25% al sector de la salud.
Finalmente, rechazó la Propuesta de la Enmienda Constitucional número 37, conocida como PEC 37, iniciativa que iba a poner en riesgo la tarea del Ministerio para realizar investigaciones criminales y de corrupción de forma eficiente e independiente.
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