"Fernando Karadima. El señor de los infiernos" narra los testimonios de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, condenado por el Vaticano por abusos sexuales.
Los testimonios de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, condenado por el Vaticano por abusos sexuales, el contexto y la intrincada red de miedos y silencios que hicieron posibles sus atropellos, se desvelan en el libro "Fernando Karadima. El señor de los infiernos".
La obra, escrita por la periodista chilena María Olivia Mönckeberg, Premio Nacional de Periodismo 2009 autora de varios libros de investigación, recopila, entre otros, el testimonio de James Hamilton, denunciante y víctima de Karadima, y se sumerge en las aristas que forjó el sacerdote en su acomodada parroquia del Sagrado Corazón de El Bosque, en Santiago.
"Para mí este libro ha sido una experiencia periodística fortísima", señaló Mönckerberg en una reunión con periodistas.
"La experiencia de meterse con el dolor humano, de conocer estas historias y de tratar de entender lo que ocurrió ha sido indescriptible", reveló la periodista, quien trabajó en el libro a lo largo de un año.
"Fernando Karadima. El señor de los infiernos" (Debate), disponible desde hoy en las librerías, nació a partir de un "inesperado" correo electrónico que la escritora recibió de parte de James Hamilton, el 25 de marzo de 2010.
Hamilton, médico de profesión, y cuya familia había mantenido lazos de amistad con Mönckerberg, la emplazaba a reunirse para conversar de "vivencias" que quería compartir. "Su búsqueda incesante de la verdad y la seriedad en su trabajo me dan la confianza para acudir a usted", le escribió el médico.
El 11 de abril mantuvieron esa primera conversación. "Ahí me contó que fue abusado, y me quedé atónita", contó la también autora de "El Imperio del Opus Dei en Chile" (2003). "Pero el golpe sorpresa fue cuando me dijo dónde y quién", detalló.
Hamilton se refería a Fernando Karadima, de 81 años, nada menos que el gran "forjador de vocaciones" de la Iglesia chilena y una figura "equivalente a un obispo", según la periodista. A partir de aquí comenzaron los trabajos por "desvelar" las estructuras de poder de Karadima y por "comprender" la experiencia de las víctimas.
"No se trataba de hablar solo del caso aislado. Hay una idea (en el libro) de profundizar en las personas, en la experiencia de las víctimas y en el perfil y la mente del propio Karadima, en su perversidad", detalló Mönckerberg.
Con esta premisa, la obra se dirige "al fondo del asunto", a la escenografía que rodea "al infierno", adentrándose en el "ambiente dictatorial" que rodea al sacerdote, y en las estructuras de poder que edificó alrededor de sus discípulos, a través de la asociación sacerdotal de la Pía Unión del Sagrado Corazón.
"El título no es exagerado ni es una metáfora. Refleja a una persona que utiliza a los demás, que los somete y los subyuga con el miedo al infierno", explicó la escritora, quien desde el inicio de la investigación intentó comprender no sólo la posición de las víctimas, sino también el "qué y el para qué" del poder de Karadima.
"Este personaje podría ser incluso ateo. Así como utiliza a cada una de las víctimas a su servicio, y para su gusto, también utiliza el nombre de Dios. En nombre de Dios es que los somete y por miedo al infierno es que los hace hacer su voluntad. Basada en esta obediencia los va aplastando", explicó Mönckerberg.
"El libro es fundamentalmente sobre Karadima, su entorno, su contexto, pero remece más allá y lo hace, entre otras cosas, por los silencios que hubo. A partir de acá se produce un destape. La gente ha perdido el miedo hablar y ha entendido que ser víctima ya no significa ser estigmatizado", concluyó la escritora. EFE
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