Una bomba actuó como si hubiese sido armada y disparada, pues se abrió su paracaídas y fue activado el mecanismo detonador.
Según un documento citado en el libro Command and Control de Eric Schlosser, una bomba de hidrógeno estadounidense casi estalla en la costa este del país. El autor asegura que un solo interruptor evitó una detonación 260 veces más potente que la de Hiroshima.
El libro cuenta que dos bombas de hidrógeno fueron arrojadas accidentalmente sobre Goldsboro, en Carolina del Norte, el 24 de enero de 1961. Un bombardero B-52 se averió en pleno vuelo.
Al parecer, una de las bombas actuó como si hubiese sido armada y disparada, pues se abrió su paracaídas y fue activado el mecanismo detonador.
“La bomba MK39 Mod 2 no tenía medidas suficientes de seguridad para la alerta aerotransportada en el B-52. Cuando el B-52 se desintegra en el aire arroja las bombas casi de forma normal”, explica en el libro.
Por su parte, Parker F. Jones, del Laboratorio Nacional de Sandia, analizó el incidente en un documento titulado "Cómo aprendí a desconfiar de la Bomba H". “Un interruptor de bajo voltaje y de tecnología de dinamo fue lo que separó a Estados Unidos de una gran catástrofe", escribió Jones.
Cabe indicar que Schlosser, supervisor del Departamento de Seguridad Nuclear en el Laboratorio Nacional de Sandia, pudo descubrir el documento mediante la Ley de Libertad de Información.
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