Ingeniero nuclear Rolando Páucar sostuvo que los cálculos de 20 a 30 años para la´descontaminación radiactiva´ se pueden reducir, ya que existe tecnología para esa tarea, y Japón cuenta con ella.
Al recordarse el devastador terremoto de 9 grados Richter que azotó Japón el 11 de marzo de 2011, se rememora también la consecuente crisis nuclear de la que aún no ha podido salir el país asiático, producto de la contaminación por radiactividad tras el colapso de la planta Fukushima Daiichi.
Al respecto, el ingeniero nuclear Rolando Páucar Jáuregui consideró que limpiar el material radiactivo no tomará los 20 o 30 años que se calculó para esta riesgosa tarea.
Sostuvo que existe tecnología especial para llevar adelante la descontaminación radiactiva, y el gigante asiático cuenta con ella.
"Hay zonas donde hay cantidades por encima del límite de la radiación permitida, sin embargo, existe la descontaminación y existe tecnología para descontaminar material radiactivo. Va a ser aplicado y eso significa que 20 a 30 años es mucho. Existe tecnología y los japoneses la tienen para realizar ese tipo de trabajo", expresó el especialista peruano en RPP Noticias.
Sobre las 80.000 personas desplazadas de la "zona de exclusión" decretada en un radio de 20 kilómetros de la maltrecha central de Fukushima Daiichi, a causa de la elevada radiactividad, explicó que la evacuación se justificó en tratar de evitar que las poblaciones reciban dosis excesivas de radiactividad.
Comentó que inicialmente, Japón decretó una zona de exclusión en un radio de 10 kilómetros y colocó a la catástrofe un nivel de 5. No obstante, luego elevó el accidente al nivel máximo, de 7, y el radio de exclusión subió a 35 kilómetros, aunque en la actualidad es de 20.
Señaló que junto al proceso de desalojo poblacional, también fue necesario el análisis del agua y del suelo afectado.
Apuntó que las investigaciones posteriores al terremoto, revelaron el deficiente diseño de la planta de Fukushima, que estaba preparada para afrontar un tsunami con olas de 6 a 7 metros, pero lo que les sobrevino fueron olas de 14 metros.
“Ya habían informes de hace tres años antes del terremoto que manifestaban esa preocupación, pero no tomaron cartas en el asunto”, sentenció.
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