El sentimiento de los padres no se puede medir, pero a veces son capaces de calificar el amor que sienten por sus hijos, quienes se dan cuenta si son los preferidos o no.
Preferir a un hijo es frecuente. Así lo comprobó un estudio publicado en la revista Psychology Today donde más de una cuarta parte de los padres encuestados dijo tener preferencias y dos terceras partes de los hijos dijeron que sí hay diferencias.
El problema no es de cantidades de amor, sino que el sentimiento por cada uno de los hijos es distinto: La personalidad, los rasgos físicos, los intereses, el carácter o el simple hecho de ser el mayor de los hijos, puede ser la razón por la cual los padres se sienten más apegados o tienen más afinidad con un hijo en especial.
“Hay padres que muestran sus preferencias en forma muy obvia, lo grave de estas diferenciaciones es que para los hijos que no se sienten preferidos, lo evidente no es que sus padres aman más a oro, sino que a ellos los quieren y aman menos”, dijo el doctor Ricarte Cortez en el programa Confidencias.
Ricarte Cortez dijo que “no es un pecado” que los padres tengan cierta afinidad con alguno de sus hijos, lo que se necesita es tomar conciencia de esta debilidad y admitirla para equilibrar las conductas y evitar las injusticias.
“El corazón de un padre es muy grande y pude amar a todos los hijos que tenga, puede preferir cosas y actitudes de un hijo, porque los hijos no son iguales, el tema es no hacerlos sentir menos por no tener muchas aptitudes. Debemos como padres enseñarle a nuestros hijos a sentirse amados de igual manera”, puntualizó Cortez.
Comparte esta noticia