En Japón, un país con 127 millones de habitantes y 112 millones de celulares, son muchos más los que navegan por la web con el teléfono que los que usan el ordenador.
En silencio, tecleando con el pulgar desde cualquier rincón del país, millones de japoneses disfrutan de una intensa vida social gracias a sus teléfonos móviles, puerta de entrada a un variopinto mundo de comunidades online.
En Japón, un país con 127 millones de habitantes y 112 millones de celulares -casi el 90 por ciento con acceso a internet-, son muchos más los que navegan por la web con el teléfono que los que usan el ordenador, lo que explica el éxito de las aplicaciones para los "keitai" (teléfonos móviles).
Entre ellas destacan las redes sociales para móviles, al estilo de las popularísimas Facebook o MySpace, aunque con funciones específicas para las pantallas de los celulares nipones.
El número uno en Japón en este ámbito es Mixi, un portal que nació hace seis años y que hoy cuenta con unos 25 millones de usuarios, casi el 20 por ciento de la población nipona.
Mixi se gestó en los ordenadores en 2004, pero pronto creció hasta conquistar los móviles japoneses, desde los que ahora recibe unas 11 millones de visitas diarias frente a los 4 millones que provienen de ordenadores.
A través del "keitai" y respetando la etiqueta de silencio y educación que impera en los lugares públicos de Japón, los usuarios del servicio para móviles de Mixi aprovechan las pausas en su rutina diaria para intercambiar discretamente fotos, consejos, comentarios, vídeos o noticias.
Pero lo que se ha revelado como una auténtica mina de oro en Japón han sido los llamados juegos sociales para móviles, aplicaciones que mezclan socialización y entretenimiento.
Los juegos van desde sencillos concursos de golf o pesca hasta la construcción de ciudades virtuales con ayuda de otros usuarios.
El rasgo común de estas aplicaciones es que, además de simplemente competir, los jugadores pueden comunicarse entre sí con breves mensajes o mediante el intercambio de "regalos" virtuales.
Este tipo de ocio móvil se ha convertido en un atractivo pastel que mueve millones de yenes en Japón, donde el mercado se lo reparten un puñado de compañías, además de la propia Mixi.
Los pesos pesados son Mobage Town, un portal nacido en 2006 que tiene ya 17 millones de usuarios, y el cada vez más popular Gree, que le pisa los talones con más de 16 millones.
El secreto de su apabullante difusión es que descargar los juegos es gratis; el secreto de su rentabilidad, que los jugadores compran objetos virtuales, a cambio de dinero real, para ganar puntos o intercambiarlos con otros jugadores.
Así, en uno de los juegos de Gree el usuario puede, por unos céntimos de euro, adquirir una caña de pescar virtual que ayuda a ganar puntos capturando los peces más escurridizos o que puede regalarse a otro jugador como muestra de cortesía.
"Los precios son bajos pero tenemos muchos usuarios, así que estamos teniendo grandes ganancias", explicaba recientemente en una entrevista a la televisión NHK Taisei Yoshida, productor ejecutivo de Gree.
En el caso de Mobage Town, la moneda para las transacciones virtuales es el "Moba Gold", que se obtiene por ejemplo cuando el jugador hace un "click" sobre un anuncio publicitario, se registra en la página del anunciante o invita a nuevos usuarios a conocer ese portal.
Aproximadamente el 30 por ciento de lo que pagan los usuarios van a las operadoras de telefonía, mientras que el resto se distribuye entre los creadores del juego.
Y el negocio es realmente sustancioso: el joven fundador de Gree, Yoshikazu Tanaka, se ha convertido a sus 32 años en uno de los veinte hombres más ricos de Japón al amasar una fortuna de 1.600 millones de dólares, según la última lista de la revista Forbes.
El fundador de Mixi, Kenji Kasahara, está en el puesto 33 con 720 millones de dólares, mientras la artífice del grupo DENA (propietario de Mobage Town), la empresaria Tomoko Namba, de 48 años, no aparece entre los 40 nipones más ricos por los pelos, ya que su fortuna asciende a "sólo" 500 millones de dólares.
-EFE
En Japón, un país con 127 millones de habitantes y 112 millones de celulares -casi el 90 por ciento con acceso a internet-, son muchos más los que navegan por la web con el teléfono que los que usan el ordenador, lo que explica el éxito de las aplicaciones para los "keitai" (teléfonos móviles).
Entre ellas destacan las redes sociales para móviles, al estilo de las popularísimas Facebook o MySpace, aunque con funciones específicas para las pantallas de los celulares nipones.
El número uno en Japón en este ámbito es Mixi, un portal que nació hace seis años y que hoy cuenta con unos 25 millones de usuarios, casi el 20 por ciento de la población nipona.
Mixi se gestó en los ordenadores en 2004, pero pronto creció hasta conquistar los móviles japoneses, desde los que ahora recibe unas 11 millones de visitas diarias frente a los 4 millones que provienen de ordenadores.
A través del "keitai" y respetando la etiqueta de silencio y educación que impera en los lugares públicos de Japón, los usuarios del servicio para móviles de Mixi aprovechan las pausas en su rutina diaria para intercambiar discretamente fotos, consejos, comentarios, vídeos o noticias.
Pero lo que se ha revelado como una auténtica mina de oro en Japón han sido los llamados juegos sociales para móviles, aplicaciones que mezclan socialización y entretenimiento.
Los juegos van desde sencillos concursos de golf o pesca hasta la construcción de ciudades virtuales con ayuda de otros usuarios.
El rasgo común de estas aplicaciones es que, además de simplemente competir, los jugadores pueden comunicarse entre sí con breves mensajes o mediante el intercambio de "regalos" virtuales.
Este tipo de ocio móvil se ha convertido en un atractivo pastel que mueve millones de yenes en Japón, donde el mercado se lo reparten un puñado de compañías, además de la propia Mixi.
Los pesos pesados son Mobage Town, un portal nacido en 2006 que tiene ya 17 millones de usuarios, y el cada vez más popular Gree, que le pisa los talones con más de 16 millones.
El secreto de su apabullante difusión es que descargar los juegos es gratis; el secreto de su rentabilidad, que los jugadores compran objetos virtuales, a cambio de dinero real, para ganar puntos o intercambiarlos con otros jugadores.
Así, en uno de los juegos de Gree el usuario puede, por unos céntimos de euro, adquirir una caña de pescar virtual que ayuda a ganar puntos capturando los peces más escurridizos o que puede regalarse a otro jugador como muestra de cortesía.
"Los precios son bajos pero tenemos muchos usuarios, así que estamos teniendo grandes ganancias", explicaba recientemente en una entrevista a la televisión NHK Taisei Yoshida, productor ejecutivo de Gree.
En el caso de Mobage Town, la moneda para las transacciones virtuales es el "Moba Gold", que se obtiene por ejemplo cuando el jugador hace un "click" sobre un anuncio publicitario, se registra en la página del anunciante o invita a nuevos usuarios a conocer ese portal.
Aproximadamente el 30 por ciento de lo que pagan los usuarios van a las operadoras de telefonía, mientras que el resto se distribuye entre los creadores del juego.
Y el negocio es realmente sustancioso: el joven fundador de Gree, Yoshikazu Tanaka, se ha convertido a sus 32 años en uno de los veinte hombres más ricos de Japón al amasar una fortuna de 1.600 millones de dólares, según la última lista de la revista Forbes.
El fundador de Mixi, Kenji Kasahara, está en el puesto 33 con 720 millones de dólares, mientras la artífice del grupo DENA (propietario de Mobage Town), la empresaria Tomoko Namba, de 48 años, no aparece entre los 40 nipones más ricos por los pelos, ya que su fortuna asciende a "sólo" 500 millones de dólares.
-EFE
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