Investigación revela que las mazorcas de maíz más antiguas que se han hallado, tienen entre 6.700 a 3.000 años y fueron encontradas en Paredones y Huaca Prieta al norte del país.
Hace 6.700 años los habitantes de la costa de Perú ya comían palomitas de maíz, 1.000 años antes de lo que se pensaba, según un nuevo estudio que divulgó hoy el Museo Nacional Smithsonian de Washington.
La investigación ha revelado que las mazorcas de maíz más antiguas que se han hallado, que tienen entre 6.700 a 3.000 años, fueron encontradas en Paredones y Huaca Prieta, en la árida costa norte de Perú.
Las características de las mazorcas, las primeras que se han descubierto en América del Sur, indican que los habitantes de estos lugares comían maíz de varias maneras, incluyendo las palomitas de maíz y harina de maíz. Sin embargo, este grano no era todavía una parte importante de su dieta.
El grupo de investigación, dirigido por Tom Dillehay de la Universidad de Vanderbilt y Duccio Bonavia de la Academia Nacional de Historia de Perú, encontró también microfósiles de maíz con granos de almidón y fitolitos.
"El maíz fue cultivado por primera vez en México hace cerca de 9.000 años a partir de una hierba salvaje llamada teosinte," explica Dolores Piperno, del Museo Smithsonian de Ciencias Naturales y coautora del estudio.
"Nuestros resultados muestran que sólo unos pocos miles de años más tarde llegó el maíz a América del Sur, donde comenzó su evolución en las diferentes variedades que son comunes en la región andina", añadió.
Los indicios encontrados apuntan a que en muchas áreas el maíz llegó antes incluso de que se comenzaran a fabricar recipientes de cerámica.
Comprender las transformaciones de las características de las mazorcas y los granos de los cientos de tipos de maíz que se conocen hoy en día, así como dónde y cuándo se desarrollaron, es todo un reto debido a que sus restos no están bien preservados en los bosques húmedos tropicales entre América Central y del Sur, incluyendo a Panamá, las rutas principales por donde se expandió.
"Hay pocos datos disponibles de otros lugares en este período de tiempo, la riqueza de la información morfológica de las mazorcas de maíz y otros restos en esta fecha temprana es muy importante para la comprensión de cómo el maíz se convirtió en el cultivo que hoy conocemos", agregó Piperno.
EFE
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