La directora del Museo de Arte de Lima dijo que los artistas de Sarhua merecen unas disculpas públicas tras ser acusados de hacer apología al terrorismo.
La directora del Museo de Arte de Lima (MALI), Natalia Majluf, defendió las tablas ayacuchanas de Sarhua y explicó que estas son “obras que invitan a la reflexión”. Calificó también de preocupante que se acuse a los artistas como terroristas cuando ellos solo se encargan de reflejar lo que vivieron en Ayacucho durante la época de terrorismo.
“Es realmente preocupante y triste que se viertan denuncias de terrorismo contra quienes son las víctimas. Este es un caso más de desprecio y los artistas de Sarhua merecen unas disculpas pública”, dijo. Además, indicó que estas obras aportan a la memoria reciente del Perú y que vienen colaborando con la investigación que realiza la Dirección contra el terrorismo (Dircote).
Investigación al arte
Majluf dijo que el hecho que hayan retenido las obras era algo inaceptable, pero “entendíamos que eran procesos que se debían de cumplir”. Explicó también que en quincena de enero estas pinturas fueron devueltas al MALI y que entendieron que la investigación se había cerrado.
“Va a ser importante poder compartir estas imágenes, que ya han sido difundidas en las redes sociales. Son obras que realmente impactan y esa es la función de un museo: preservar la memoria”, comentó.
La directora del MALI criticó a quienes condenaron estas pinturas por hacer apología al terrorismo. “Hay una voluntad de silenciar lo que ocurrió en el pasado (…) En la década de 1980 ser ayacuchano equivalía a ser terrorista y eso es inaceptable. Tenemos que poder darle un espacio y respeto a las víctimas”.
La polémica
El pasado miércoles, Correo dio a conocer que 31 tablas de Sarhua fueron retenidas por la Policía Nacional por presuntamente hacer apología al terrorismo. Estas piezas pertenecen al arte ayacuchano que fue enviado desde Estados Unidos por ‘Con/Vida Popular Arts of Americas’ hacia el MALI a modo de donación.
Los cuadros incautados representan escenas que vivió el pueblo de Ayacucho en la década de 1980, durante la época de terrorismo. Es por ello que en las pinturas se observa imágenes de Sendero Luminoso organizando luchas armadas, además de su símbolo de la hoz y el martillo. Las piezas fueron devueltas al museo el 15 de enero de 2018 no habiendo actualmente ninguna medida cautelar o de incautación sobre las piezas referidas.
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