Por sus grandes dimensiones, el peso y su ubicación, la tumoración dificultaba la normal movilidad de la paciente.
Un tumor de 15 kilos y medio y de 53.5 centímetros de diámetro, que se extendía desde el abdomen hasta las piernas, fue extirpado exitosamente por médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) de una niña de 11 años procedente de Ayacucho.
Por sus grandes dimensiones, el peso y su ubicación, la tumoración dificultaba la normal movilidad de la paciente. Según la información de los padres, ella presentó este crecimiento anormal de su cuerpo hace ocho años sin causarle dolor, razón por la cual solo usaba polleras.
Este cuadro clínico motivó una junta médica integrada por especialistas del Departamento de Ginecología, de Mamas y Tejidos Blandos, y de Cirugía Plástica y Reconstructiva.
El equipo médico estuvo integrado por los doctores Manuel Álvarez Larraondo, jefe del Departamento de Ginecología; Marco Sánchez Salcedo, ginecólogo oncólogo; Jorge Dunstan Yataco, del Departamento de Mamas y Tejidos Blandos; y Ricardo Delgado Binasco, jefe de Cirugía Plástica y Reconstructiva.
La apariencia externa de este tipo de tumor era muy impactante. La intervención quirúrgica implicaba un riesgo, pero después de unas cinco horas los galenos lograron retirar la gran tumoración que había comprometido la pared de su abdomen.
Tras el análisis anátomo patológico, el diagnóstico reveló que se trataba de un lipoblastoma, que es un tumor benigno caracterizado por su estructura de grasa principalmente.
El gran crecimiento de este tumor desplazó la vagina hacia arriba y al lado derecho del pubis, sostuvo el doctor Manuel Álvarez Larraondo, jefe del Departamento de Ginecología del INEN. “La operación consistió en retirar un lipoblastoma de la pared abdominal”, precisó.
El doctor Jorge Dunstan Yataco comentó que este tipo de tumoraciones es poco frecuente, pues implicaba quitarle alrededor de un tercio del peso total de la niña.
Dijo que en primera instancia se sospechaba de un compromiso de otros órganos, pues los estudios por imágenes revelaban que la neoplasia estaba muy pegada a la vejiga, por ejemplo. “Sin embargo, no fue necesario resecar órganos vitales“, manifestó el cirujano oncólogo.
Por su parte, el doctor Ricardo Delgado Binasco, jefe del Cirugía Plástica del INEN, refirió que luego de la intervención quirúrgica se tuvo que colocar una malla especial que cumple las funciones del músculo de la pared abdominal que fue retirada a fin de proteger la salud de la menor y que tenga una evolución favorable.
La niña, de iniciales MMI, fue dada de alta el 18 de diciembre y acudió a su control respectivo el 20 de este mes. Su estado de salud no ha presentado complicaciones.
ANDINA
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