Un vigilante confesó haber matado a Trayvon Martin alegando defensa propia. El caso ha tomado una vertiente racial y ha desatado todo tipo de críticas.
Miles de personas se manifestaron hoy en la localidad de Sanford (Florida) para reclamar la detención del vigilante voluntario que confesó haber matado a un adolescente negro desarmado alegando defensa propia, un caso que ha tomado una vertiente racial y desatado todo tipo de críticas.
"Hace 26 días, el joven Trayvon Martin fue a la tienda para (comprar cosas para) su hermano. Volvió y perdió la vida", dijo el reverendo afroamericano Al Sharpton ante la multitud reunida.
El conocido activista viajó desde Nueva York a Florida para participar en esta manifestación pese a que poco antes de tomar el vuelo recibió la noticia de que su madre, que padecía Alzehimer, acababa de morir.
"Trayvon es la representación de un temerario desprecio por la vida. Ya es suficiente. (El vigilante voluntario, George) Zimmerman tendría que haber sido detenido esa noche. Usted no puede defenderse de un paquete de Skittles y de un té helado", defendió el reverendo en relación a lo que el adolescente había salido a comprar cuando le dispararon.
Tracy Martin, el padre del adolescente, añadió: "Queremos un arresto. Queremos una condena por el asesinato de nuestro hijo".
Miles de personas acudieron a esta concentración en la pequeña localidad de Sanford, a las afueras de Orlando (Florida), desde distintas partes de EE.UU., muchos de ellos jóvenes vestidos con sudaderas (poleras) con capuchas, como la que llevaba el joven al morir, y con paquetes de Skittles, los caramelos masticables que había ido a comprar.
"No nos hablen como si fuéramos estúpidos. Amamos a nuestros niños como ellos nos aman a nosotros. Encierren a Zimmerman", gritó Sharpton.
Zimmerman, un hombre de 28 años que vigilaba voluntariamente la comunidad donde vivía tanto él como el padre del adolescente fallecido, está protegido por la polémica ley de defensa propia promulgada en 2005 en Florida, denominada "Stand Your Ground".
Esta ley, vigente en más de una veintena de estados del país, ampara a quien recurre a "medidas de fuerza letales" para defenderse ante una amenaza.
Desde el primer momento, las autoridades locales dieron por buena la versión de Zimmerman de que actuó en defensa propia y, aunque aún investigan los hechos para tratar de esclarecer lo ocurrido, decidieron no detenerlo.
Esa decisión tan criticada hizo que el jefe de la Policía de Sanford, Bill Lee, anunciara hoy que se retira temporalmente de sus funciones.
EFE
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