Expresidente egipcio ingresó hoy de nuevo en la cárcel cairota de Tora para cumplir su condena a cadena perpetua, después que mejora su estado de salud.
El expresidente egipcio Hosni Mubarak ingresó  hoy de nuevo en la cárcel cairota de Tora para cumplir su condena a  cadena perpetua, después que la Fiscalía General ordenara su regreso a  la prisión tras una mejora de su estado de salud.
 Una fuente  de los servicios de seguridad egipcios informó a Efe de que Mubarak fue  trasladado desde el hospital militar de Maadi, en el que recibía  tratamiento desde hace un mes, en ambulancia y rodeado de un gran  dispositivo de seguridad.
 Su llegada a la cárcel se produce  horas después de que el Ministerio Público decidiera que su salud es  estable, por lo que no existe justificación para que permanezca en el  hospital de Maadi, en el sureste de El Cairo.
 Según informó la  oficina del fiscal a Efe, una comisión médica formada para examinar el  estado de Mubarak, de 84 años, determinó que estaba en buenas  condiciones de salud, en comparación con otras personas de su edad.
 Mubarak fue trasladado del penal de Tora al hospital de Maadi el  pasado 19 de junio tras sufrir una trombosis cerebral, seguida de un  ataque cardiaco.
 En esa fecha circularon informaciones  contradictorias sobre su estado de salud, y algunas apuntaron a que  Mubarak se encontraba clínicamente muerto.
 El ex jefe de  Estado ingresó en Tora el pasado 2 de junio, después de ser condenado a  cadena perpetua por su complicidad en la muerte de manifestantes durante  las revueltas que llevaron a su renuncia, en febrero de 2011.
 Desde su llegada a la prisión, su salud comenzó a deteriorarse, y  durante sus 17 días en Tora tuvo que ser atendido de emergencia en  varias ocasiones por recaídas.
 En abril de 2011, Mubarak fue  hospitalizado en un centro médico de Sharm el Sheij (en la península del  Sinaí), después de sufrir un ataque cardíaco el mismo día que fue  interrogado y detenido.
 Con el comienzo de su juicio, en  agosto de ese año, Mubarak fue trasladado del hospital de Sharm el  Sheij, en la costa del mar Rojo, al Centro Médico Internacional de El  Cairo. 
EFE