En 1994 fue abolida la prohibición a las mujeres, pero aún hoy día existe el rechazo masculino. Esta semana, se registraron varios ataques contra mujeres vestidas con esta prenda a quienes desnudaron en plena vía pública.
Unos 3.000 manifestantes se reunieron hoy en la capital económica de Malaui, Blantyre (sur), para protestar por los ataques de hombres que no les permiten llevar pantalones o minifaldas.
Los manifestantes, liderados por la abogada activista Seodi White, se reunieron dentro de un local, pues querían evitar confrontaciones, dijo White a la prensa.
Esta semana, varios atacantes rodearon a alrededor de una decena de mujeres vestidas con pantalones ajustados y se los arrancaron, dejando a las víctimas humilladas y descubiertas en la calle.
El grupo de asaltantes dijo haber actuado bajo las órdenes del presidente de Malaui, Bingu wa Mutharika, quien recientemente hizo una crítica a la forma de vestir occidental.
En vista de lo ocurrido, Mutharika dio ayer una rueda de prensa en la que condenó las acciones de quienes calificó de "terroristas" y dio orden de arrestar a todo quien acose a una mujer por su forma de vestir.
Varios sospechosos han sido arrestados, pero el incidente ha dado paso a un debate nacional.
En la Constitución de Malaui, tanto mujeres como hombres son libres de elegir su vestimenta, aunque hasta 1994, en el país africano regía una ley que prohibía a las mujeres vestir con minifaldas y pantalones.
La vicepresidenta del Gobierno de Malaui, Joyce Banda, dijo que los malauíes están frustrados por la situación económica del país y se están desquitando unos con otros.
Malaui afronta una aguda crisis de combustible dado que el Ejecutivo no puede costear los 30 millones de dólares (unos 23 millones de euros) que se necesitan cada mes para abastecer el país.
Desde octubre, el coste de vida se ha disparado en Malaui.
EFE
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