La festividad conmemora el sacrificio efectuado por el profeta Ibrahim que ofreció la vida de su hijo Ismael como muestra de sumisión a Dios.
Millones de musulmanes egipcios y de otros países celebraron hoy la festividad grande del islam, el "Aid al Adha" o "Fiesta del Sacrificio", en la que, como manda la tradición islámica, se han sacrificado miles de cabezas de ganado pese a ser éste un año marcado por la carestía.
La inflación, que ha disparado los precios de los alimentos básicos, no ha impedido que esta mañana las calles de El Cairo se convirtieran en un improvisado matadero al aire libre, donde se han sacrificado miles de reses.
Según el carnicero Salam Salah, "antes el kilo de carnero costaba 28 libras egipcias (4,8 dólares) y ahora vale 40", por lo que la carne es "un producto prohibitivo" en la mesa de muchos egipcios.
Por ello, y aprovechando la tradición islámica, que insta a compartir la carne con los más necesitados, las autoridades musulmanas egipcias recomiendan que la del animal degollado se divida en tres partes iguales: una destinada a quien lo compró, otra que se reparte entre los familiares y una tercera que se ofrece a los pobres.
Así, los que pudieron permitírselo compraron un carnero y lo sacrificaron con sus propias manos o en una de las miles de carnicerías cairotas, mientras que los más necesitados recibieron una porción de carne de camello, carnero o vaca.
En el humilde pueblo egipcio de Kafr Hegazy, a unos 20 kilómetros de El Cairo, el empresario Shaaban Gabalá mantuvo un año más la tradición con el sacrificio al alba de un búfalo para los más pobres de la comunidad.
Tras el multitudinario rezo del "Aid" al amanecer, Gabalá pronunció una oración ritual en acción de gracias mientras procedía al sacrificio, que tuvo lugar en una calle llena de barro ante la mirada curiosa de decenas de niños, que disfrutaron del día festivo con ropa y juguetes nuevos.
"Es un acto de caridad que hacemos dos veces al año, una en Ramadán y otra en el "Aid al Adha", explicó a Efe el matarife, capataz de una cuadrilla de carniceros que, una vez afilados los cuchillos, degolló y despedazó al animal con la cabeza en dirección hacia La Meca.
La festividad conmemora el sacrificio efectuado por el profeta Ibrahim que ofreció la vida de su hijo Ismael como muestra de sumisión a Dios.
Al final, Dios perdonó la vida de Ismael e Ibrahim sacrificó un carnero en agradecimiento, un ritual que pervive hasta hoy como símbolo de generosidad con el prójimo.
En Arabia Saudí, después de la oración del "Aid", los cerca de tres millones de fieles que en los últimos tres días han llevado a cabo la peregrinación anual a La Meca lanzaron piedras contra tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.
Luego se dirigieron a la "Kaaba", donde dieron siete vueltas alrededor para cumplir con el ritual, se cortaron el pelo y sacrificaron reses.
La "Kaaba", un edificio cuadrado donde los musulmanes sitúan el centro del mundo, es para el islam la primera construcción en la Tierra y en su interior se guarda la "piedra negra", que los mahometanos consideran un pedazo desgajado del paraíso.
En otros países como en Irak se han instalado juegos infantiles en los principales parques de Bagdad para conmemorar el "Aid al Adha", que transcurrió en medio de un gran despliegue de seguridad para evitar atentados contra los creyentes.
Uno de los fieles que se sumaron a la celebración en la capital es Mohamed Musa, quien viajó desde la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, para pasar estos días con la familia después de que "haya mejorado la seguridad".
"Espero que mejore más para poder venir siempre a Bagdad de visita", agregó.
Por su parte, en el Líbano, como viene siendo habitual en las festividades, los líderes religiosos lanzaron llamadas a la unión, al diálogo y a la concordia para acabar con las polémicas políticas internas. EFE
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