¿Una discusión con tu pareja? ¿Una llamada de tu asesor financiero preferido? ¿El tráfico que no termina nunca? No es fácil estar de buen humor en cualquier circunstancia.
Todos podemos tener nuestros momentos de mal humor que se consideran totalmente normales, siempre y cuando no sea una conducta habitual.
Si el mal humor se instala en forma permanente en nuestra conducta y comienza a ser algo más que circunstancial, deberíamos conocer las causas y hacer algo al respecto.
El estado de ánimo malhumorado se caracteriza por ver el lado negativo que suelen tener las cosas, por ejemplo viendo siempre el vaso medio vacío en lugar de medio lleno.
Esta forma de ser puede tener o no motivos que la generan. Si los hubiera, lo mejor es intentar descubrirlos para modificar las consecuencias que puede provocar en las relaciones interpersonales y en el propio desarrollo.
Cualquier problema puede tener solución pero a veces esa solución se convierte posteriormente en otro problema aún más grave; por lo tanto, es necesario aceptar que eventualmente tendremos que enfrentar los contratiempos y disgustos que esas situaciones no puedan traer.
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