El líder de la Casa Blanca también manifestó su ´preocupación´ por el último informe de la ONU que pinta un devastador panorama de torturas, opresión y restricción de libertades de los norcoreanos.
El presidente de EEUU, Barack Obama, propuso hoy en Seúl aumentar la presión sobre Corea del Norte para que renuncie a las armas nucleares y endurecer las sanciones en caso de "provocaciones" como la posible nueva prueba nuclear del régimen de Kim Jong-un.
Obama, de visita en la capital surcoreana como parte de una gira por Asia Oriental, solicitó tanto a sus principales aliados de la región, Corea del Sur y Japón, como a China que aumenten la presión sobre el régimen comunista para que no lleve a cabo su temido cuarto ensayo nuclear.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, aseguró en una rueda de prensa conjunta que "Corea del Norte está plenamente preparada para realizar un nuevo test nuclear", aunque añadió que no se sabe cuándo se producirá.
El presidente estadounidense, por su parte, apuntó que "Corea del Norte no es solo una amenaza para nuestros aliados en la zona, también es una amenaza para EEUU" y reafirmó su postura de castigar al Estado comunista con "más sanciones" en caso de nuevas "provocaciones" como pruebas nucleares o de misiles.
En cuanto a China, tradicional aliado y principal valedor económico de Corea del Norte, Obama dijo que "también reconoce que Corea del Norte es un problema para la seguridad" de la región, por lo que instó a Pekín a presionar a Pyongyang hacia su desnuclearización.
El líder de la Casa Blanca también manifestó su "preocupación" por el último informe de la ONU que pinta un devastador panorama de torturas, opresión y restricción de libertades de los norcoreanos por parte del régimen de Kim Jong-un, al que calificó como "el mayor violador de los derechos humanos del mundo".
Barack Obama llegó hoy a Corea del Sur en un ambiente de luto en el país por los 302 muertos y desaparecidos, la mayoría adolescentes de 16 y 17 años en un viaje escolar, que ha dejado el naufragio del buque surcoreano Sewol ocurrido el pasado 16 de abril.
"Soy padre de dos hijas de la misma edad que los desaparecidos. Puedo imaginar el dolor por el que los padres están pasando", afirmó el presidente estadounidense, cuyas primeras palabras en la rueda de prensa fueron de condolencias a las víctimas y familiares.
Para rendir homenaje a las víctimas obsequió a los estudiantes del instituto donde estudiaban la mayoría de los desaparecidos en la ciudad de Ansan con un magnolio traído desde la Casa Blanca que, según describió, simboliza la renovación y conmemora "la belleza de las vidas que han sido perdidas".
Mientras, hoy se recuperaban más cuerpos del ferri hundido en aguas al suroeste del país, que sitúan la cifra provisional de muertos confirmados en 183 y la de desaparecidos en 119 sin que existan ya posibilidades de hallar a alguno de ellos con vida.
EFE
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