Tras 20 horas de negociación, el Congreso de EEUU aprobó las mayores protecciones financieras para el consumidor en la historia del país, entre otras grandes medidas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio la bienvenida al acuerdo preliminar en el Congreso para aprobar la "mayor reforma financiera en nuestro país desde la Gran Depresión".
En una breve alocución antes de partir hacia Canadá para participar en las cumbres del G8 y el G20, que agrupan a las principales economías del mundo, Obama aseguró que "el crecimiento económico y la prosperidad dependen de que contemos con un sector financiero firme y robusto".
El acuerdo logrado esta madrugada en EEUU tras veinte horas de negociación ininterrumpida en el Congreso incluye "las mayores protecciones financieras para el consumidor" en la historia del país, a juicio del presidente estadounidense.
En lugar de una serie de agencias supervisoras, ahora habrá sólo una, y las agencias emisoras de tarjetas de crédito y las empresas hipotecarias "tendrán que cumplir las reglas y proporcionar información clara y concisa".
Asimismo, regula por primera vez los mercados de derivados, que manejan 600 billones de dólares al año y que "sacaremos a la luz del día" por primera vez.
La medida, aseguró, abarca "el 90 por ciento" de lo que él había pedido cuando reclamó al Congreso que acometiera una reforma del sistema financiero para evitar que se repitan crisis como la padecida en los últimos dos años, la peor desde la Gran Depresión.
La reforma otorga también más poder de supervisión al Gobierno y limita la posibilidad de que los bancos hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.
El acuerdo, que ahora pasará a las dos Cámaras del Congreso para su aprobación, representa una victoria para el presidente Barack Obama, que llegará a Canadá con la prueba de que Estados Unidos hace algo concreto para evitar las crisis financieras con impacto global.
Wall Street y el sector financiero en general ha ejercido una dura presión para evitar que la reforma supusiera una merma importante de sus actividades, si bien ha aceptado otras limitaciones, consciente de que es necesario evitar crisis como la que se originó en 2008.
La Casa Blanca espera que las dos Cámaras aprueben el texto la semana próxima, con vistas a que Obama pueda firmar la ley antes del 4 de julio. EFE
En una breve alocución antes de partir hacia Canadá para participar en las cumbres del G8 y el G20, que agrupan a las principales economías del mundo, Obama aseguró que "el crecimiento económico y la prosperidad dependen de que contemos con un sector financiero firme y robusto".
El acuerdo logrado esta madrugada en EEUU tras veinte horas de negociación ininterrumpida en el Congreso incluye "las mayores protecciones financieras para el consumidor" en la historia del país, a juicio del presidente estadounidense.
En lugar de una serie de agencias supervisoras, ahora habrá sólo una, y las agencias emisoras de tarjetas de crédito y las empresas hipotecarias "tendrán que cumplir las reglas y proporcionar información clara y concisa".
Asimismo, regula por primera vez los mercados de derivados, que manejan 600 billones de dólares al año y que "sacaremos a la luz del día" por primera vez.
La medida, aseguró, abarca "el 90 por ciento" de lo que él había pedido cuando reclamó al Congreso que acometiera una reforma del sistema financiero para evitar que se repitan crisis como la padecida en los últimos dos años, la peor desde la Gran Depresión.
La reforma otorga también más poder de supervisión al Gobierno y limita la posibilidad de que los bancos hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.
El acuerdo, que ahora pasará a las dos Cámaras del Congreso para su aprobación, representa una victoria para el presidente Barack Obama, que llegará a Canadá con la prueba de que Estados Unidos hace algo concreto para evitar las crisis financieras con impacto global.
Wall Street y el sector financiero en general ha ejercido una dura presión para evitar que la reforma supusiera una merma importante de sus actividades, si bien ha aceptado otras limitaciones, consciente de que es necesario evitar crisis como la que se originó en 2008.
La Casa Blanca espera que las dos Cámaras aprueben el texto la semana próxima, con vistas a que Obama pueda firmar la ley antes del 4 de julio. EFE
Comparte esta noticia