La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que "el estigma y la discriminación que conlleva el sida minan los esfuerzos" para erradicarlo.
La salud, el sida y los derechos humanos están irremediablemente unidos y la lucha contra el virus VIH no será posible sin poner fin a la estigmatización de los portadores de esta enfermedad, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Cualquier respuesta al VIH necesita que se garantice el respeto a los derechos humanos... El derecho a la salud es básico para actuar contra el VIH", señaló la directora general del organismo, Margaret Chan, en una declaración con ocasión del Día Mundial contra el Sida que se celebra el 1 de diciembre.
Chan recordó que actualmente los tratamientos antirretrovirales sólo son accesibles para un tercio de las personas que los necesitan.
"E incluso con la expansión de los programas para evitar la transmisión del virus VIH de madres a hijos, en 2009 sólo el 53 por ciento de las mujeres embarazadas contaminadas por ese virus pudieron acceder a tratamientos para evitar que sus hijos se infectaran", agregó.
"Los colectivos con más riesgo de infección del VIH, como usuarios de drogas por vía intravenosa, trabajadores del sexo, hombres que tienen sexo con otros hombres y personas transexuales, también son los que tienen menos acceso a la prevención y tratamiento que tanto necesitan", advirtió.
La responsable de la OMS subrayó que "el estigma y la discriminación que conlleva el sida minan los esfuerzos" para erradicarlo.
"El miedo de ser rechazados por familiares y amigos, marginados en sus comunidades o a que se les niegue un empleo u otros servicios son razones para que la gente no se haga pruebas del sida o para que no vayan a los servicios de tratamiento", señaló Chan.
Destacó que "al no protegerse los derechos humanos se incrementa la vulnerabilidad y ello lleva a epidemias de VIH. En el África subsahariana viven el 80 por ciento de todas las mujeres y niñas infectadas por el virus. En Europa del Este, más del 50 por ciento de los casos se dan entre toxicómanos por vía intravenosa. Y en Francia, Holanda y España, alrededor de un tercio de las nuevas infecciones se concentran en los inmigrantes".
Chan denunció entre otras violaciones de los derechos humanos que impiden luchar contra el sida el que "en unos 80 países, las relaciones homosexuales están criminalizadas, y en 6 países castigadas con la pena de muerte".
"En otros 50 países se imponen restricciones para viajes o residencia a los portadores del VIH, y en muchos países los toxicómanos son enviados a prisión", agregó. EFE
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