El informe de la ONU se basa en entrevistas a 480 personas y documenta el periodo entre el 20 de enero y el 15 de julio de este año.
La comisión de Naciones Unidas que investiga las atrocidades cometidas en Siria acusa al régimen de Bachar al Asad de cometer "masacres" de forma delibera al atacar consciente e indiscriminadamente áreas habitadas por civiles.
El informe se basa en entrevistas a 480 personas y documenta el periodo entre el 20 de enero y el 15 de julio de este año.
"De enero a julio, cientos de hombres, mujeres y niños fueron asesinados cada semana por los disparos de misiles y bombardeos indiscriminados en áreas habitadas por civiles. En algunas instancias hay claras evidencias de que encuentros de civiles fueron deliberadamente tomados por objetivo, provocando masacres", según el texto.
Además detalla el empleo de cloro, un agente químico, al menos ocho veces por parte de las fuerzas gubernamentales, y recuerda que su almacenamiento y utilización están totalmente prohibidos.
Asimismo, la comisión acusa al Gobierno sirio de continuar obstruyendo la entrega de asistencia humanitaria, una práctica que usa como arma de guerra.
El informe refleja como soldados gubernamentales situados en los puestos de control impiden que civiles heridos lleguen a los hospitales y bloquean la entrada de material quirúrgico esencial.
El texto describe como los centros sanitarios continúan siendo objetivos militares del Gobierno.
La comisión, presidida por el profesor brasileño Paulo Sergio Piñeiro, acusa al régimen de Al Asad de torturar y asaltar sexualmente de forma sistemática a los prisioneros antes de matarlos, un práctica se extiende a niños de 12 años, como ocurrió en un caso documentado en 2013 en Damasco, el de un menor que falleció tras ser arrestado y torturado.
"El número de reos muertos en custodia en lo centros de detención gubernamentales en Damasco ha aumentado", explicita el informe.
La comisión también acusa a "las fuerzas gubernamentales de violar como arma de guerra", y recuerda que esta práctica constituye un crimen contra la humanidad.
Se ha documentado que las fuerzas gubernamentales utilizan a menores de entre 6 y 13 años como miembros de sus operaciones de coordinación militar para localizar milicianos antes de atacar.
"La ley internacional y la ley humanitaria prohíbe el uso de niños en combate y roles de apoyo. Reclutar niños menores de 15 años es un crimen de guerra", recuerdan los expertos.
EFE
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