El trabajo doméstico no remunerado favorece la situación de pobreza y exclusión social de las mujeres cuando no es "socialmente reconocido y compartido", dijo la relatora especial de la ONU Magdalena Sepúlveda.
El trabajo doméstico no remunerado favorece la situación de pobreza y exclusión social de las mujeres cuando no es "socialmente reconocido y compartido", denunció este viernes la relatora especial de la ONU sobre extrema pobreza y derechos humanos, Magdalena Sepúlveda.
Sepúlveda hizo un llamamiento a los Estados para que este trabajo sea "más valorado y apoyado".
"El trabajo doméstico no remunerado debe ser una responsabilidad social y colectiva para los hombres y las mujeres, apoyado por el Estado, en lugar de caer enteramente sobre los hombros de la mujer", declaró Sepúlveda en un comunicado con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra mañana.
La relatora hizo hincapié en que el trabajo doméstico "se da por sentado" y supone un "gran obstáculo" para la igualdad entre hombres y mujeres, ya que "ocupa el tiempo de las mujeres" y les impide acceder a la educación, el trabajo digno, la salud y participar en el Gobierno.
Esta tarea es un bien social "positivo e insustituible", "la base de nuestras sociedades, y es crucial para el crecimiento económico y el desarrollo social. Sin embargo, se ha pasado por alto o se da por sentado por los responsables políticos en gran parte", añadió.
La relatora cree que, "por el bien de los derechos humanos y el desarrollo equitativo y sostenible", la ONU debe incluir este tema en la agenda de desarrollo para 2015.
Sepúlveda instó a los responsables políticos "a dejar de apartar la mirada de las mujeres" y tomar medidas concretas para "reconocer, reducir y redistribuir la carga" del trabajo doméstico no remunerado.
Ésta es, dijo, "una condición necesaria" para la igualdad, el desarrollo sostenible y el pleno disfrute de los derechos de las mujeres.
EFE
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