Durante su visita, Francisco mantendrá un encuentro al que están invitados representantes de ese colectivo.
Activistas por los derechos de los homosexuales, bisexuales y transexuales (LGTB) aseguraron que no creen que la visita del papa Francisco a Paraguay, en la que mantendrá un encuentro al que están invitados representantes de ese colectivo, ayude a combatir la homofobia en el país.
El papa, que llegará el viernes a Asunción, tiene previsto reunirse el sábado con portavoces de la sociedad civil en el estadio León Condou, una cita en la que estará presente Simón Cazal, representante de la organización LGTB Somosgay.
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) también envió invitaciones para este encuentro a otras organizaciones por los derechos de las personas LGTB, como Aireana, organización feminista que representa a mujeres lesbianas, o Panambi, que reúne a personas transexuales, transgénero y travestis de Paraguay.
Sin embargo, estas organizaciones declinaron la invitación y aseguraron que tienen pocas expectativas de que el encuentro con el papa provoque algún cambio en la mentalidad de los sectores más fundamentalistas de la iglesia y la sociedad paraguaya.
"El papa compara a las personas trans con armas nucleares. Pero después nos invita a este evento, en el que se va a escuchar el mismo discurso de siempre, que defiende la discriminación", expresó a Efe Mariana Sepúlveda, de la asociación Panambi.
La activista explicó que su organización rechazó participar en el encuentro con el papa para "mantener la coherencia", ya que exigen que Paraguay sea "un Estado laico y sin discriminación".
Por su parte, la presidenta de Panambi, Iren Rotela, publicó en las redes sociales una carta abierta dirigida al papa Francisco, en la que le solicita que "exija a sus iglesias y emisarios que dejen libre al Estado paraguayo para que pueda hacer políticas públicas que beneficien a todo su pueblo, un pueblo que es diverso y dentro del que existen las personas LGBT".
Este pedido se hizo días después de que Rotela interpelara al presidente paraguayo, Horacio Cartes, para que investigue los 54 asesinatos a personas trans ocurridos en Paraguay desde la caída de la dictadura, en 1989, durante un acto de conmemoración de la independencia estadounidense en el que ambos coincidieron.
Los crímenes contra personas LGTB están "legitimados por el discurso del odio que los líderes religiosos pronuncian desde púlpitos y altares", según denunció a Efe Rosa Posa, de la organización Aireana.
Este colectivo también fue invitado a participar en el encuentro en el León Condou, pero Posa explicó que la organización no comparecerá dado que en el evento "no hay posibilidades para el diálogo, y las preguntas están limitadas", por lo que "da la sensación de que lo único que quiere la Iglesia es llenar el estadio".
La activista argumentó que el papa Francisco "genera ciertas expectativas", aunque dijo que posee un "discurso ambiguo y contradictorio" en relación con las personas LGTB, pero aseguró que el acto en Paraguay "no va a cambiar nada".
"El papa dice que él no es nadie para juzgar a los homosexuales, pero después acude a Francia y pide la abolición del matrimonio igualitario, o carga contra las personas trans", ilustró Posa.
Explicó además que, por influencia de ciertos mensajes de la Iglesia católica, muchas familias paraguayas someten a sus hijos homosexuales o bisexuales a "torturas" disfrazadas de presuntas "terapias" para modificar su orientación sexual, o su identidad de género en el caso de los jóvenes trans.
Los abusos también incluyen castigos como la incomunicación, la prohibición de salir a la calle, la violencia física o verbal en el ámbito familiar, e incluso las detenciones arbitrarias de parejas homosexuales en la vía pública por parte de las fuerzas de seguridad, según la representante de Aireana.
Posa recordó la necesidad de que Paraguay cuente con una ley contra toda forma de discriminación, como ya existe en otros países de la región, que contribuya a "educar en el respeto a la diversidad sexual" y persiga este tipo de situaciones que "vulneran los derechos humanos".
EFE
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