Como consecuencia del aumento del racismo y de la tensión sectaria, Anna Lo también ha dicho que contempla la posibilidad de abandonar la provincia británica.
La parlamentaria norirlandesa Anna Lo, de origen chino, abandonará la política al término de esta legislatura por los continuos ataques racistas que recibe de sectores protestantes y unionistas, partidarios de la permanencia de la provincia británica en el Reino Unido.
En una entrevista que publica hoy el diario "The Guardian", la dirigente del Partido Alianza, formado por miembros católicos y protestantes, aseguró que no tiene previsto presentarse a las elecciones de 2016 para retener su escaño en la asamblea autónoma norirlandesa.
Lo, nacida en Hong Kong hace 63 años, lleva más de cuatro décadas viviendo en Irlanda del Norte y tras los comicios regionales de 2007 se convirtió en la primera parlamentaria de origen chino del Reino Unido.
Como consecuencia del aumento del racismo y de la tensión sectaria entre las dos comunidades tradicionalmente enfrentadas, la unionista y la nacionalista, Lo también ha dicho que contempla la posibilidad de abandonar la provincia británica.
En febrero de este año ya recibió amenazas racistas en internet por pedir que se retirasen los símbolos y banderas paramilitares que glorifican el pasado conflicto, durante las tres etapas del Giro de Italia que transcurrieron por la provincia entre los pasados 9 y 11 de mayo.
La diputada de la Alianza también sufrió el acoso xenófobo de grupos de unionistas durante la reciente campaña de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que compitió sin éxito por uno de los tres escaños que tiene Irlanda del Norte en Estrasburgo.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la defensa efectuada por el ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, del pastor protestante James McConnell, quien aseguró hace dos semanas durante un sermón que el Islám es "un engendro del diablo" y que no se fía de los musulmanes.
"Apoyar a un lunático que hace comentarios así contribuye a echar gasolina sobre las llamas de Irlanda del Norte" advirtió Lo, quien lamentó que otros dirigentes del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP) que lidera Robinson también hayan defendido al religioso.
En este sentido, dijo sentirse "desilusionada" con la política y con los políticos, que, en su opinión, no han tomado las medidas adecuadas para combatir el sectarismo y el racismo en una sociedad que debería haber cambiado tras el comienzo en 1998 del proceso de paz.
"Me he hartado de la incapacidad de esta sociedad y de sus líderes políticos para dejar atrás el pasado. Y lo peor es el auge del racismo en nuestra comunidad", dijo Lo al indicar que en las últimas semanas se han producido entre dos y tres ataques racistas al día en Belfast.
La tensión ha vuelto a la provincia después de que la cuestión de las banderas y los símbolos con los que se identifica cada comunidad haya afectado la marcha de proceso de paz.
Esos desacuerdos giran en torno a las banderas que deben ondear en edificios públicos, las zonas por donde pasan los tradicionales desfiles protestantes y el legado de treinta años de un conflicto que causó más de 3.500 muertos, diferencias que han hecho brotar actos de violencia en las calles de la provincia.
Así sucedió el verano pasado durante la temporada de desfiles de la orden protestante de Orange o a principios de 2013, cuando cientos de policías resultaron heridos en enfrentamientos con jóvenes protestantes y católicos por la retirada de la bandera británica del ayuntamiento de Belfast, que solo ondea ya en días señalados.
EFE
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