Hace 20 años Pedro Nolasco, lleva luz a diversas comunidades a través de la fabricación de microcentrales hidroeléctricas para comunidades alejadas de Huánuco.
Pedro Nolasco, ganador del Premio Integración 2010, es un innovador que vive con el sueño de iluminar el día a día de las zonas más alejadas de Huánuco y de aquellos que no cuentan con el servicio básico de energía eléctrica. Desde hace más de 20 años lucha por cumplir ese sueño con la fabricación de sus microcentrales hidroeléctricas.
Don Pedro decidió utilizar el agua del río y con elementos básicos como cilindros y clavos empezó a fabricar turbinas. Durante 15 años fabricó su primera turbina hidráulica casera, capaz de generar luz para 100 familias. Poco a poco, Nolasco fue construyendo más turbinas y formó las microcentrales.
Nolasco recuerda que antes de empezar con su ingenioso proyecto era muy arriesgado y difícil cuidar la salud de los pobladores pero gracias a las microcentrales hidroeléctricas la situación cambió. “Era muy fastidioso llevar las vacunas a los centros de salud pero con esta obra, cada comunidad ya cuentan con refrigeradoras para guardar sus vacunas”, señala.
Hoy, la tarea de llevar luz a los rincones olvidados de Huánuco no es fácil para Nolasco, la ciudad se ha modernizado y con ello nuevas empresas privadas buscan ofrecer el mismo servicio. Para Nolasco es solo un reto y no se detiene ante nada, sigue trabajando arduamente con el apoyo de su hijo Fredy para generar luz con el agua del río y las turbinas que fabrican.
“Mi sueño es seguir caminando y llegar a los pueblos olvidados que no cuentan con energía eléctrica, con la ayuda de mi hijo, porque ahora él elabora las turbinas, y yo voy concientizando al pueblo sobre su uso y la importancia de tener una planta hidroeléctrica en las comunidades”, expresa Pedro Nolasco.
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