Investigadores húngaros sometieron a un grupo de perros y humanos a un análisis en un escáner cerebral, demostrando que existe entre ambas especies un mecanismo muy similar para procesar información emocional.
Un estudio que sometió a un grupo de perros y humanos a un análisis en un escáner cerebral, demostró que existe entre ambas especies un mecanismo muy similar para procesar información emocional.
Un equipo de la Academia de Ciencias de Hungría reprodujo 200 sonidos pertenecientes a voces humanas, perrunas y ruido de ambiente que sirvieron para identificar las áreas del cerebro estimuladas en las diferentes situaciones, refiere la ABC.es.
Los sonidos que cargaban mucha emoción, como la risa o el llanto, generaron un tipo similar de actividad cerebral, en un área que se iluminó tanto en perros como humanos.
Lo mismo ocurrió con sonidos caninos como gimoteos o ladridos furiosos, que causaron una reacción parecida en todos los voluntarios, señala el estudio publicado en la revista Current Biology.
Sin embargo, los perros responden más contundentemente a los estímulos sonoros producidos por su propia especie que a los procedentes de los humanos. Las personas también actúan igual, los circuitos neurales auditivos se activan más ante los sonidos humanos.
"Hallar algo así en el cerebro de un primate no es muy sorpresivo, pero es muy impresionante demostrarlo en perros", opinó la profesora Sophie Scott, del Instituto de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Londres.
Para Scott sería muy interesante ver la respuesta de los canes a las palabras y no solo a sonidos. "Un paso adelante sería comprobar si muestran una sensibilidad a las palabras en el lenguaje que sus dueños hablan", manifestó según recoge Cooperativa.cl.
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